El PSG se arrodilla ante Eduardo Camavinga

El Paris Saint- Germain perdió en la segunda jornada de Ligue 1. Y no fue ante el Olympique de Lyon o el Lille, sino ante el Stade Rennais, un club que lleva años creciendo, y que la temporada pasada ya se sobrepuso al equipo parisino en la final de Copa. Pero la pasada jornada, el partido fue diferente, porque emergió la figura de un jugador joven que dominó el partido e impuso su propio ritmo. Y no, no fue Mbappé. Fue Eduardo Camavinga, jugador de 16 años de Angola y que, desde el centro del trivote que impuso Julien Stéphan en el centro del campo, dio una lección de fútbol a todos. 

Protegido por una defensa de 5, y con Grenier y Bourigeaud en sus flancos, el angoleño marcó el ritmo del partido. Se atrevió, al igual que su entrenador en la primera jornada, para darle los galones que antaño tuvo un jugador como André, importantísimo para el esquema del Rennes la campaña pasada.

Fuente: Stade Rennais

Camavinga se impuso en todos los duelos individuales, tanto físicos como técnicos, tanto contra Montpellier como contra el PSG. Pero ya no fue sólo eso, sino que dejó ver una calidad técnica impropia para un chaval de 16 años, y un control de los espacios y del juego que hacen que, expertos en fútbol francés como Andrés Onrubia, le consideren la mayor promesa del fútbol francés actualmente. Prueba de ello es la asistencia que le pone a Del Castillo ante el PSG. Un pase excepcional, que nadie vio y que encontró como destino la cabeza de su compañero. 

Rápido en conducción, fuerte al salto y al choque, y con unas aptitudes de líder que pocos tienen a su edad, Camavinga está llamado a tirar la puerta abajo esta temporada en Francia, y a interesar a los grandes clubes de Europa. De hecho, según informaciones en el país galo y en Alemania, el Borussia Dortmund se interesó por él este verano, pero ante las exigencias económicas del Stade Rennais, se echó para atrás. Mucho ojo con este joven baluarte, pues pocos jugadores con 16 años han dado una exhibición semejante con 16 años en el fútbol de primer nivel. Pocos, muy pocos.