El conjunto griego, que ganó ayer por 4-0 contra el Krasnodar, se impone claramente en el marcador global de la eliminatoria a falta del partido de vuelta.
Fuente: Olympiacos |
El partido comenzaba con los dos equipos bien asentados en el campo y con ocasiones para ambos sin un claro dominador del juego, pero con ocasiones para el equipo ruso que se vería mermado en su juego a partir de la lesión de Cabella, uno de los jugadores clave en la medular.
A partir de ese momento, el Olympiacos se hizo con el control del centro del campo y fue claro dominador, anotando además el primer tanto del encuentro. El gol nació de una jugada de combinación que culminó Guerrero con un disparo desde la frontal a la cepa del poste, imparable para Safonov.
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Con este marcador y con un claro dominio de los griegos, arrancó la segunda mitad, donde terminaron de rematar un partido impecable en todos los aspectos del juego. Randjelovic anotaba un doblete tras entrar desde el banquillo y Podence resolvía la goleada con un toque sutil por encima de la cabeza del guardameta.
Si bien todo el equipo del Pireo estuvo a un nivel espléndido, cabe destacar el partido de Semedo y Podence. El primero hizo un magnífico partido ganando todos los balones aéreos, no llegando nunca tarde al corte de balón ni ofreciendo ninguna posibilidad a la delantera rival con su gran físico.
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Por su parte, Podence hizo un partido para deleite de los aficionados, donde encaró y dribló infinidad de veces a la defensa rusa con su gran centro de gravedad bajo. Finalmente terminaría el partido con una asistencia y un gol espectacular.
Con este resultado el Olympiacos, a falta del partido de vuelta, resuelve prácticamente la eliminatoria, dando como única opción al Krasnodar un milagro en su estadio.