El derbi madrileño ha sido un partido soporífero en el que las estrellas de ambos clubes no deslumbraron en ataque
El derbi madrileño siempre ha sido un partido con mucha tensión por la rivalidad que comparten ambos equipos. Todos quieren ser los reyes de la capital, pero solo puede haber uno.
Sin embargo, el partido que presenciamos el pasado sábado lejos de ser tenso podría calificarse de soso. Los aficionados de ambos clubes esperaban que las numerosas estrellas llegadas este verano marcaran la diferencia contra el eterno rival. Pese a ello, la única estrella que destacó sobre las demás fue Oblak, que con sus paradas logró mantener el 0-0 en los 90 minutos.
Buena prueba de todo esto es que en los primeros 45 minutos solamente hubo una ocasión de gol medianamente clara. Fue un remate de cabeza de Karim Benzema que atajó Oblak a la perfección.
Una sombra por la banda izquierda
Pese a todo, la gran decepción del partido tiene nombre y apellido: Eden Hazard. El belga siguió en su línea descendente en el derbi y no consiguió desequilibrar, que fue para lo que se le fichó. Ni una sola vez consiguió generar peligro.
No obstante, lo preocupante de todo esto es que no es sorprendente. Y es que el belga no ha conseguido alzar el vuelo con la zamarra blanca desde su llegada a Chamartín. En pretemporada tardo varios partidos en marcar un gol y cuando al fin lo consiguió (un auténtico golazo) se lesionó. Con esta lesión se perdió el inicio de temporada y con ello parte del ritmo de competición que estaba adquiriendo. Esto se ha hecho patente desde su vuelta a los terrenos de juego, pues su aportación al juego del equipo está siendo nula.
No cabe duda de que, como en París, el belga trata de echarse el equipo a la espalda en los momentos difíciles, tal y como lo hiciera en el Chelsea. Sin embargo, al gran fichaje del último mercado se le ve siempre lento y rodeado de rivales, lo que le impide brillar como debe.
En el derbi fue sustituído por James Rodríguez, cuya suplencia sorprendió a más de uno.
Una alineación sorprendente
Zinedine Zidane dio la sorpresa cuando incluyó a Federico Valverde en el once inicial del derbi. El uruguayo había cuajado un gran partido contra el Osasuna y, al parecer, eso fue suficiente para que su técnico prolongara esa titularidad un partido más.
Con Valverde en el campo pudimos ver un equipo menos brillante pero más trabajador. Y es que el centrocampista llegó al Castilla procedente de Peñarol como un mediapunta, pero en el filial blanco vieron en él un “box to box” en potencia debido a su envergadura. De esta forma, en su estancia en España este jugador ha ido incorporando los conceptos defensivos necesarios para adaptarse a la posición que le pedían en su nuevo club.
En efecto, el charrúa es el único jugador de este perfil en la plantilla, debido a la salida de Mateo Kovacic y la no llegada de Paul Pogba. Es un jugador cuyo papel consiste en ayudar al pivote en las labores defensivas y sacar el balón con la máxima premura. Por tanto, la ausencia de otros jugadores con estas características lo convierten en una pieza indispensable para la plantilla que ofrece variantes distintas en el juego de su equipo.
Sin embargo, la falta de minutos a lo largo de la temporada y el buen papel de James como interior hicieron de la presencia del uruguayo un dato sorprendente. James Rodríguez, que estaba siendo de lo mejor del equipo, acumula ya dos suplencias en favor del joven Valverde. Seguramente, Zidane reservaría al colombiano contra el Osasuna con la idea de que fuera titular en el derbi, pero la tranquilidad que transmitió el equipo con “Fede” sobre el campo cambiaría sus planes.