La pérdida de identidad pasa factura en el Camp Nou. Algo que no se refleja en el resultado, pero que deja demasiadas dudas.
Sin apenas pudor ni remordimiento para realizar su juego, el Inter de Milán arrolló al Barcelona en la faceta táctica. Lo que en principio podía parecer un duelo de Messi vs Lautaro, acabó siendo un claro enfrentamiento de pizarra, en el que Antonio Conte se lució. Aunque, finalmente, el extremeño pudo rehacerse en la segunda mitad.
El conjunto nerazurri daba comienzo al encuentro con un corto 5-3-2, en el que se vio un equipo compacto pero a la vez letal al contrataataque. Los italianos se plantaron en el Camp Nou con un esquema, lejos de ser defensivo, trabajado. Parece que Conte ha tenido el tiempo suficiente para pulir las virtudes del equipo, ya que lo que se vio plasmado en el campo, ha estado rozando la perfección, al menos en la primera parte.
Tras salir de la presión alta del cuadro local sin demasiadas complicaciones, los centrales buscaron el 2 vs 2 en ataque, con Alexis Sánchez y Lautaro Martínez encarando y poniendo en aprietos constantemente a Piqué y Lenglet.
Por su parte, es cuanto menos preocupante la postura del Barça, que se basa en la aparición de sus estrellas para sacar adelante sus partidos, dada la escasez y pobreza táctica de la que gozan los jugadores blaugranas en estos momentos. Ernesto Valverde, tras la pésima primera parte del equipo, introdujo a Arturo Vidal y cambió el esquema a un 4-2-3-1 que mejoró el juego de los catalanes. Pero es indudable que a este Barça le falta ordenar sus ideas, presentar un plan de juego que no esté tan condicionado por el nivel de los Messi, Suárez y compañía.
¿Qué le pasa al Barça? O la pregunta del millón que seguramente se plantee el aficionado blaugrana, ¿qué será de este equipo tras el adiós de Messi? Mucho tendrán que mejorar las prestaciones del pentacampeón europeo para poder tener la oportunidad de alzar de nuevo la ansiada orejona.
