El seleccionador español ha decidido cambiar el tradicional 4-3-3 por un 4-4-2 en el partido contra Suecia.
Robert Moreno, seleccionador de España, ha decidido cambiar el 4-3-3 con el que este equipo ha jugado tradicionalmente por un 4-4-2 con un rombo en el centro del campo.
Aunque puede parecer una decisión extraña y sorprendente, lo cierto es que resulta más acertada de lo que parece. España no cuenta con extremos resolutivos y por contra tiene un exceso de centrocampistas.
Además, esta formación se adapta al perfil de jugadores con los que juega el equipo español. En la delantera la selección cuenta con delanteros puros como Paco Alcácer, Diego Costa o Álvaro Morata, que pueden ir acompañados por Rodrigo Moreno o Mikel Oyarzabal, que desempeñarían un papel más de nueve y medio.
En el centro del campo tendría pivotes ideales para sacar el balón como son Busquets, Rodri o, incluso, Illarramendi; que estarían flanqueados por centrocampistas de ida y vuelta como pueden ser Saúl, Koke, Fabian, Parejo o Thiago (que en el Bayern ha adquirido conceptos defensivos que complementan su magia en ataque).
Por delante en España hay mediapuntas con magia para conectar con los delanteros como Ceballos, Asensio (cuando vuelva de su lesión) o Isco, cuando recupere su forma. También hay laterales con proyección ofensiva como Jordi Alba, Navas, Carvajal o Reguilón para correr la banda.
Independientemente de la formación, tiene centrales como Diego Llorente, Íñigo Martínez o Hermoso para acompañar a Ramos; mientras que en portería compiten Kepa y De Gea.
Sin embargo, el problema de esta formación es que deja toda la banda para los laterales que se proyectan en exceso por la banda, dejando el equipo demasiado expuesto a las contras. Esto no es tanto problema para un equipo como España que rara vez pierde el balón.
De esta forma, pese a la mala imagen que ha dado la selección en el partido contra Suecia, no resulta tan descabellado este cambio de sistema que ha planteado Robert Moreno.