El extremo senegalés, Sadio Mané, quien afirma que: “en mi infancia pasé hambre, trabajaba en el campo, jugaba descalzo y no pude ir a la escuela”.
El atacante del Liverpool muestra su rechazo contra los lujos innecesarios.
¿Para qué quiero 10 ferraris, 20 relojes con perlas y 2 aviones? No aporta nada al mundo.
El senegalés prefiere donar parte de su sueldo (150 000£ a la semana) a ONG para fabricar escuelas, comprar ropa y comprar alimentos.
Además, Sadio Mané reparte 70€ al mes a cada persona de una región en Senegal muy pobre para ayudar en su economía familiar.
Una vez más, el senegalés nos demuestra que, a parte de ser un gran profesional, también es una gran persona.
No podemos olvidarnos del vídeo que se difundió de Sadio Mané ayudando a limpiar en los baños de una mezquita, el cual muestra la característica más propia del atacante red: la humildad.