Ayer por fin fue el día. Llegó el primer tanto del serbio con la camiseta blanca en un partido en el que se vio el “9” que necesitaba el Real Madrid.
El serbio empezaba el partido en el banquillo pero, después de realizar el calentamiento, Jovic esbozó una sonrisa previa al saludo con Zidane y entró en el 69′, sabía que hoy sí era su día.
Entró al encuentro participativo, pidiendo y luchando cada balón (nada que ver con el partido contra el Mallorca), y enganchó un rechace al poco de salir que apunto estuvo de suponer su primera diana como madridista.
Seguía ofreciéndose y, tanto fue así, que en un centro lateral iba a mandar el balón a la red. Sin embargo, estaba en posición de fuera de juego y el gol fue anulado. Se hacía esperar su primera diana otro partido más.
No cesó el serbio, y en el 91’, tras un buen centro de Carvajal, Jovic conectó un remate de cabeza a la altura de muy pocos. Rectificando su cuerpo hacia atrás, con un giro de cuello que sólo manejan los “killers”, puso el balón lejos del alcance de un guardameta que apenas pudo rozar el balón.
Además pudo lograr su segunda diana del día en un jugada revuelta en el área, pero un defensor del Leganés sacó el balón en la línea. Sin duda disputó muy buenos minutos el ariete madridista, que consigue ese tanto que necesitaba como el comer. Jovic gana confianza y avisa a Zidane de que el esperado goleador ya ha aterrizado en la Castellana.