La irrupción de Rodrygo ha sido tan fulgurante como la de Vinicius y puede acabar como la de su compatriota si no se le da el trato que necesita.
Si después del partido contra el Betis el Madrid parecía una tartana, tras la aplastante victoria contra el Galatasaray los aficionados volvemos a ver al equipo como un deportivo. El problema está en que el vehículo lleva un bebé a bordo.
Cuando el conductor de un vehículo lleva un niño debe tener más cuidado de habitual. El niño puede hacerse daño si el conductor corre más de lo que debiera o hace giros muy burscos. En el coche del Real Madrid el bebé es Rodrygo y Zidane debe cuidarlo. Si bien es cierto que su aparición ha sido fulgurante, no debemos olvidar que tan sólo tiene 18 años y todavía no está preparado para la presión que reposa sobre los hombros de un crack del Real Madrid.
Además, los coches que vayan por la carretera y vean la pegatina de bebé a bordo también deben tener cuidado, porque en caso de accidente el niño se verá más perjudicado que el resto de implicados. El resto de vehículos son la prensa, que no debe tampoco empezar a tratar al joven Rodrygo como el nuevo Ronaldo.
¿Y qué nos referimos cuando hablamos de que los jóvenes no están preparados para la presión de la élite? Los aficionados no paramos de oír esta expresión, pero la mayoría no nos paramos a pensar a qué refiere. Es bastante sencillo: si engordas el ego de un niño (porque con 18 años sigue siendo un niño) harás que se crezca en los momentos buenos, pero, como se dice, cuanto más alto más grande es la caída. Cuando lleguen los momentos malos y las críticas no podrán aguantarlas con la madurez con la que haría un veterano. De esta forma, cuanta más presión se deposite en sus hombros y más se especule con este tipo de jugadores, peor para ellos.
Tenemos casos tanto positivos como negativos relacionados con este tema. Sin ir más lejos, Bojan, Munir o Halilovic son jugadores del eterno rival, el Barcelona, a los que desde bien jóvenes se les puso una carga sobre los hombros con la que no pudieron cargar. Pero no hace falta remontarse tantos años, solo tenemos que ver como se está desarrollando la segunda temporada de Vinicius en Europa: después de un año en el que todo le fue de cara han llegado los primeros baches y el chico no ha podido lidiar con ello, lo que se ha traducido en una serie de actuaciones desastrosas.
Sin embargo, también hay casos en los que se ha tratado con cuidado a futbolistas precoces que han acabado brillando como estrellas. Tenemos el caso de Jadon Sancho, que ha brillado en Dortmund porque la prensa alemana no lo convirtió en superestrella después de su primer partido bueno, o el de Odegaard, que se fue a Holanda a formarse para aislarse del ruido de la prensa amarillista española. Obviamente, toda regla tiene excepciones, como Mbappé, que ya con 19 años tenía la cabeza suficientemente amueblada para competir la Bota de Oro con Leo Messi y liderar el PSG ante la ausencia de Neymar.
Hoy en día hay varios coches con bebés a bordo en España: el Atlético de Madrid con Joao Félix, el Barcelona con Ansu Fati, el Madrid con Vinicius y Rodrygo o el Valencia con Kang In Lee y Ferrán Torres. Por tanto, si quieren que sus bebés se hagan mayores ya saben lo que tienen que hacer: conducir con cuidado.