Osasuna vive un momento dulce. El buen juego va acompañado de resultados, debuts soñados, buena posición en la tabla… Pero si algo destaca de este Osasuna es el guerrero que tienen en la delantera, bajito pero peleón.
Un tal Chimy le llaman, un jugador que cualquier equipo desearía tener. La vida del delantero argentino no ha sido nada fácil, una vida dura que muchos y, entre ellos me incluyo, seríamos incapaces de imaginar y mucho menos vivir en carne propia. Esta vida ha marcado la forma de ser de Chimy y su forma de actuar en el juego y es que, en el terreno de juego es un auténtico incordio por su estilo. Corre, lucha, entra, desborda… hace todo.
Ya se veía el estilo de juego del comandante en el Huesca y por ello llegó a Pamplona donde ha caído de pie, parece que lleva toda la vida en Pamplona. Un estilo que casa a la perfección con el estilo de Osasuna. Su nivel es excelso y su entrega no admite discusión (prueba de ello el partido ante el Espanyol).
Una gran adaptación y un gran nivel que está sorprendiendo a toda la liga, un jugador que se ha convertido en pieza clave de su equipo, el comandante Chimy Ávila.