El 2-2 no beneficia a ninguno de los dos, ya que podrían perder su posición en el caso de que sus perseguidores no fallen. Barça y Real Sociedad nos brindaron un partidazo.
Es destacable la vuelta de Antoine Griezmann a la que fue su casa en el principio de su carrera en España. No es la primera vez que visitaba a su antiguo equipo, sí en cambio la primera que lo hacía como blaugrana. Asistencia récord de más de 36.000 aficionados en el Reale Arena.
El partido empezó con la posesión favorable a los catalanes, que la mantuvieron durante un par de minutos hasta que la Real Sociedad con su presión asfixiante se la robó y tomó la iniciativa. Desde muy pronto pusieron cerco a la portería de Ter Stegen y con un buen centro que por poco no remató Portu por poco, empezaban a meter el miedo en el cuerpo del rival. Piqué, que estuvo providencial durante toda la primera parte cortando todas las acciones en defensa, despejó a córner en varias ocasiones.
Con un remate alto de Mikel Oyarzabal avisaban de nuevo los donostiarras, y tras un córner bien votado por el crack noruego, Martin Odegaard, Busquets agarró a Llorente, lo que el colegiado Alberola Rojas interpretó como penalti. El encargado de transformarlo fue Oyarzabal. Tras el gol, el Barça empezó a asediar la portería local, y con un remate de Messi y una buena presión respondían al tanto. Poco les duró el dominio, ya que la Real volvió a tomar el control, en una primera parte muy seria por parte de los chicos de Imanol Alguacil que apenas cometieron errores.
En una jugada en la que se dio uno de estos pocos errores los blaugranas aprovecharon el espacio por la banda de Griezmann, para que el francés con un golazo de vaselina pusiera el empate. Poco más que destacar después del tanto del Barcelona, el partido se fue con empate al descanso. En cuanto a las estadísticas, la Real se hizo con el 57% de la posesión, algo anómalo para el Barça. La Real tiró más, aunque acertaron entre los tres palos en las mismas ocasiones, 2 cada equipo.
Los locales empezaron desinflados la segunda mitad. Arrancaron con el balón en los pies pero tras perderla vino el segundo del Barcelona. Busquets pondría un balón de libro a la espalda de la defensa que Messi recogió para asistir a Suárez, que marcó a placer. Tras el gol, el Barça seguiría serio y después de una pérdida Griezmann volvió a avisar con un tiro fuerte que Remiro consiguió despejar perfectamente.
El Barça empezó a tomar el control y sentirse cómodo en el campo, los balones a la espalda estaban matando al equipo txuriurdin. Piqué estuvo a punto de hacer el tercero en el 57′ con un gran cabezazo, pero Zubeldía anduvo atento para sacarlo bajo la misma línea de gol. En el 58′ sacó Alguacil al campó a Adnan Januzaj, en el lugar de Portu (lesionado), que salió participativo y con peligro.
Cuando menos se veía venir Monreal se internó en el área, y aprovechando un mal despeje de Ter Stegen Isak puso la igualada de nuevo. La Real revivía, 2-2. Fue marcar el empate y se retiró el sueco para dar entrada a Willian José en el minuto 65. Los txuriurdin presionaban cada vez más, por lo que el Barça empezó a tener dificultades para salir de su campo, y cuando lo hacía el buen repliegue de la Real los frenaba. Se animaban cada vez más los de casa, y Odegaard con un tiro arriba volvió a avisar. En el 70′ un balón que se paseó por todas las piernas presentes puso el corazón de todo realista en un puño, pero no supieron definir.
El partido estaba roto, y con varias llegadas por parte de ambos equipos el partido sería un contínuo intercambo de golpes. El primer y segundo cambio de Valverde se harían en el 72′: Aleñà y Semedo por Busquets y Jordi Alba, respectivamente. En el 78′ ‘el Txingurri’ gastaría sus cambios con la entrada Vidal por Rakitic, y Alguacil haría lo propio 6 minutos después metiendo a Barrenetxea en el lugar de Oyarzabal.
La entrada de Januzaj revolucionó por completo un partido que parecía muerto, y con él la Real se volcó sobre el área contraria. Pero nadie fue capaz de anotar de nuevo, por lo que les tocará esperar a que sus rivales ‘pinchen’ para así mantener sus puestos actuales.