El derbi se decidió gracias a la entrada de Vinicius y Lucas, los cuales le dieron mucho más ritmo al partido y profundidad al equipo.
De Zidane se dice que tiene una flor en el culo. También que es sólo un alineador, y que su éxito como entrenador está ligado a lo que representó como jugador en su día y su capacidad para motivar a sus pupilos. Pero últimamente está callando bastantes bocas.
Zidane ha construido un equipo de autor. Durante esta temporada ha llevado a cabo una transformación en su Real Madrid hasta convertirlo en uno de los mejores de Europa. Todos los jugadores siguen un plan específico y no se salen de él. Y les funciona.
Además el entrenador francés está tomando unas muy buenas decisiones. Ha recuperado a Vinícius, de quien se decía que no tenía la confianza de su entrenador. Los que decían eso deben estar metiéndose en la cueva. Contra el Zaragoza metió un golazo, el tercero esta temporada, y contra el Atlético cambió totalmente el rumbo del encuentro. He aquí la cuestión.
El derbi no tenía buena pinta. El equipo colchonero dominó la primera mitad, teniendo ocasiones claras y perdonando a su rival. El guión fue el mismo que el de la Supercopa, curiosamente con la misma formación y jugadores que la disputaron (a excepción de Benzema que ocupó el lugar de Jovic). Los blancos no encontraban el espacio, seguramente porque con cinco mediocampistas la verticalidad es casi imposible de encontrar. ¿Y qué hace Zizou? Cambia a Isco, jugador muy pausado, de mucha calidad pero poco veloz, para meter a Lucas para correr por banda y asociarse con su amigo Carvajal. También saca a Kroos del campo: el francés prefirió la magia y energía de Modric antes que la calidad y distribución del alemán, para dar entrada a Vinícius Jr.
Justo en el descanso, en el momento idóneo. Y a partir de ahí cambia por completo el guión. El Madrid se hace con la pelota, no dejandosela ni oler a su rival. Atacando por las bandas, muy eléctricos los extremos. De las botas del brasileño llega el primer gol, y eso es mérito del entrenador por verlo a tiempo y saber exactamente qué cambios hacer.
Contra el Valladolid también se vio su poder. Nacho no lo tenía tan claro lo de subir a rematar aquel córner. Pero va Zidane y le hace subir, Nacho marca y el mérito es de nuevo para el francés. De ahí la celebración jugador-entrenador.
La gente tiene que empezar a ver que lo de Zidane no es flor. Lo de Zidane es saber de fútbol, tener buen ojo y toma de decisiones. A ver si ahora las tres Champions seguidas van a ser plantadas también, y las 9/9 finales ganadas de chiripa. Si Zizou sólo fuese un alineador estaría ahora mismo en el jardín de su casa pensando en qué 23 jugadores convoca para la próxima concentración de la selección francesa, pero no es así.