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James ni se sube al barco

James empezó la temporada como un remando como uno más, pero Zidane lo arrojó por la borda y ya es demasiado tarde para subir al barco.

El partido de frente a la Real Sociedad no solo dejó al equipo fuera de la competición copera, sino que también ruborizó algunas carencias del equipo madridista, que resultan preocupantes a largo plazo para el club. Una de ellas es el estado de forma de James Rodríguez, que ya en el momento clave de la temporada demuestra ser ínfimo e insuficiente para disputar minutos con el Real Madrid.

Empezó bien, pero la cosa se torció

Evidentemente la culpa es del jugador, lo que no significa que sea el único culpable. En efecto, el colombiano empezó la temporada como un tiro, aprovechando los minutos que tuvo por las bajas en el centro del campo. Sus datos no eran significativos, pero la sensaciones eran excelentes y salió de la debacle de París con la sensación de ser insustituible. No obstante, en Osasuna su entrenador decidió empezar a rotar y sacó al campo al joven Federico Valverde, que le deslumbró y a base de minutos se volvió insustituible.

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Federico Valverde se hizo con el puesto de titular a base de grandes actuaciones y a día de hoy el equipo no puede vivir sin su despliegue físico en el centro del campo (Fuente: Página Web Oficial del Real Madrid)

Ahí empezó la etapa de ostracismo de James Rodríguez, que empezó a dejar de ir convocado a medida que el equipo empezaba a ganar partidos. Resulta comprensible que el jugador deje de entrar en el once inicial por el estado de forma de Modric, Kroos y Valverde, pero el problema reside en que no entraba ni en el banquillo.

Así es normal que el jugador haya perdido el ritmo de competición de cara al momento más trascendental de la temporada. Cuando el jugador no disputa minutos pierde el ritmo. De esta forma, es normal que el jugador no juegue bien cuando sale al campo. Tanto tiempo sin jugar provoca que el jugador pierda automatismos y no se adapte a las exigencias físicas que reclama una competición.

Debe espabilar

Sin embargo, la mayor parte del problema es culpa del jugador. El entrenador no ha hecho bien cortando el flujo de minutos de forma radical, pero el jugador tampoco ha puesto de su parte para estar preparado cuando el entrenador le necesite. El ejemplo de Brahim Díaz es el que en peor lugar le deja: el club no para de buscarle una salida y, pese a ello, cuando ha salido ha rendido a un gran nivel.

Durante el mercado invernal el club ha estado buscando una salida en forma de cesión para Brahim Díaz, que se ha negado a salir. Fuente: Google

La cuestión es que ya en febrero las escaleras para subir al barco se han quemado y ya no se puede subir. A James le han tirado de la embarcación y él ni siquiera se ha dispuesto a nadar.

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