El Atlético de Madrid deja una noche para la historia tras eliminar al Liverpool en Anfield.
Una vez más el cholismo demuestra su capacidad extrema para sobrevivir y anteponerse ante todas las adversidades posibles en un partido que quedará para la historia.
El encuentro comenzó con un Liverpool muy ofensivo, con una presión altísima, dominando el juego y generando ocasiones de peligro en todo momento hasta encontrarse con el gol de Wijnaldum justo antes del descanso.
Nada más comenzar la segunda mitad, los colchoneros se atrevieron con algún acercamiento al área contraria pero para entonces el partido se había convertido en un auténtico infierno para el Atleti. El Liverpool sometió al Atlético de Madrid a un auténtico martirio de ocasiones que solo pudo detener mediante paradas milagrosas el guardameta esloveno Jan Oblak.
Sorprendentemente ambos equipos llegaron a la prórroga, donde el Liverpool anotó el 2-0 con un tanto de Firmino tras sus innumerables remates a portería.
Y entonces llegó el momento clave de la noche. Adrián cometería un grave error en la salida de balón que Llorente aprovecharía para anotar el 2-1 en el marcador y desatar la locura en Anfield.
Un tanto que creó el desorden del Liverpool y que tan solo 8 minutos después, lo aprovecharía una vez más Llorente para anotar el tanto del empate y encarrilar la clasificación rojiblanca. La euforia era máxima en la grada, los 3.000 aficionados colchoneros comenzaron a animar como nunca bajo la lluvia de Liverpool.
Y cuando parecía que todo había acabado, segundos antes de que el colegiado pitará el final del encuentro, un Álvaro Morata lesionado anotó el tanto de la victoria para finiquitar una noche de ensueño para los madrileños.
Anfield se tiñó de rojiblanco para devolver la corona de campeón de Europa y dejar paso a una euforia rojiblanca que jamas será olvidada.
