Según apuntan desde Italia, Zlatan Ibrahimović podría retirarse al final de la temporada, ya que acaba contrato con el AC Milan en junio. Por eso, queremos hacer un repaso de su genial carrera.
La carrera del ‘gigante sueco’ será eternamente recordada. Bien por sus múltiples cambios, por su ascenso a la gloria y, cómo no, por sus famosas declaraciones fuera del campo, Zlatan quedará en la memoria de todo futbolero y futbolera.
Debutó profesionalmente un 17 de septiembre de 1999 (con 17 años) con el primer equipo del Malmö, el equipo de su ciudad natal, del que era seguidor. Apenas duró dos temporadas allí cuando el Ajax de Ámsterdam lo fichó para el primer equipo. Desde un principio la leyenda neerlandesa Ronald Koeman le otorgó el dorsal número 9 al sueco, confianza que más tarde devolvería. Se ganó el puesto a base de grandes partidos, entre los que se encuentra el choque que lo enfrentó con el Breda. En este anotó una genialidad de gol, zafándose de hasta 5 defensas y del portero con tan sólo amagos de disparo y recortes para luego introducir el balón en las mallas.
Italia, su eterno hogar
Sus tardes mágicas en Ámsterdam lo llevaron a Turín en 2004, a la Juventus. En Italia vivió sus mejores años como profesional, aunque no serían todos con el mismo escudo. Como el buen trotamundos que era (y sigue siendo), se marchó en 2006 al Internazionale Milano. Allí permaneció otro tres años en los que anotó 66 tantos en los 117 partidos en los que participó. Es decir, registró una cifra de 0,56 goles por partido, su máximo hasta entonces.
Su próximo movimiento sería dirección Barcelona para jugar al lado de Messi, Xavi, Puyol o Iniesta y dirigido por Pep Guardiola. Allí sólo estuvo una temporada, debido a que su relación con el entrenador catalán era muy mala. Tras un año en la ciudad condal, en el que superó la veintena de goles, volvió a Milán, aunque al otro bando de la ciudad, el bando ‘rossonero’. Estos traspasos dejaron una curiosa coincidencia: ‘Ibra’ fichó por el Barça justo después del histórico ‘sextete’ de los catalanes, con las expectativa de poder ganar la Champions allí. Sin embargo, justo al dejar Milán el equipo logró el triplete y cuando se fue de Barcelona su ex equipo volvió a levantar la ‘Orejona’, curiosamente, el único título que le falta a nivel de clubes.
En Milán estuvo dos temporadas más, transformando un total de 56 goles en 85 partidos. Volvió a hacer las maletas, esta vez hacia Francia para recalar en el Paris Saint-Germain. Esta fue su estancia más larga en un mismo club, con 4 temporadas jugadas en la capital gala. También fue la ciudad en la que más huella dejó, con 156 goles marcados en 180 partidos jugados con la elástica parisina. 0,87 goles por partido en la que es una de las mejores ligas de Europa, una auténtica barbaridad.
Comienzo del declive
Su próximo destino sería Inglaterra, concretamente el Manchester United de José Mourinho, que recién comenzaba a construir su prometedor proyecto. Pero una desafortunada acción dividida sentenció al jugador sueco: se rompió un ligamento de su rodilla, lo que lo apartó durante 8-9 meses de la competencia.
Tras un paso sin pena ni gloria por Inglaterra (quizás su peor etapa), recaló en Los Ángeles Galaxy, lo que a muchos nos hizo pensar que se acercaba su final. Aún así siguió con su arrollador ritmo goleador, y en sus dos temporadas en el conjunto estadounidense promedió 0,91 goles por partido disputado. Una verdadera máquina de perforar redes. Actualmente milita de nuevo en Milán, su ciudad favorita, defendiendo al lado ‘rossonero’. Es ya su segunda etapa en el club, y parece que su última aventura como jugador.
Para la selección sueca ha jugado un total de 127 partidos, anotando 69 goles y repartiendo 23 asistencias. Para el recuerdo quedan su duelo con la Portugal de Cristiano Ronaldo en el que se retaron a quién marcaba más goles (el luso salió vencedor, clasificando a su selección al Mundial 2014) y su histórica chilena desde casi 40 metros de distancia ante la selección inglesa, partido en el que también anotó un póker.
‘Ibracadabra’ ha sido y es un delantero letal. Un buen dominio de ambas piernas, su tiro potente, el gran salto y remate de cabeza, y sus remates acrobáticos son solo algunos de los atributos que lo caracterizan aún con 38 años. Aunque sin duda será recordado por sus numerosas ‘sobradas’ y diosificaciones ante los micros. Un jugador que se ha coronado Mejor Jugador Sueco del Año (Guldbollen) en 11 ocasiones, y que guarda en sus vitrinas 31 títulos a lo largo del globo. Toda una leyenda nórdica y mundial.