Aunque no fuese el partido que decidiese el ascenso, lo logrado en la ciudad gaditana fue clave
Jornada 40 de la entonces liga adelante. Levante, Hércules, Real Sociedad, Betis y Cartagena luchaban por entrar en los puestos de ascenso directo. Cartagena y Hércules empataban a 0, mientras que el Levante era derrotado por el Real Unión, lo que dejaba a la Real con la oportunidad perfecta para poner tierra de por medio y certificar prácticamente el ascenso. De hecho, una derrota del Betis hubiera dejado a los de Martín Lasarte ya en primera. Pero el partido que tenían por delante era muy difícil, ya que debían ganar en el Ramón de Carranza al Cádiz.
Enchufados desde el primer minuto
Ambos equipos se jugaban mucho. El Cádiz podía entrar en puestos de descenso si sus rivales directos ganaban, lo que hacía la victoria mucho más importante. Pero la Real fue la primera en golpear. Hacia el minuto 15, una falta lateral sacada por Griezmann llegó a la cabeza del bueno de “Charly Good”, que con un testarazo ponía el 0-1. Los más de 5.000 realzales en el Ramón de Carranza explotaban de alegría. Posteriormente, ambos equipos tuvieron ocasiones, pero se llegó al descanso con ese resultado, aunque con la sensación de que la Real estaba mejor.
Y vino la magia
La segunda parte empezaba con la misma línea, pero una gran ocasión del Cádiz por el minuto 55 dejó un susto en la afición. Sin embargo, Carlos Bueno sacó la varita a pasear, y con un doblete en apenas 10 minutos, puso un 0-3 irremontable. La exhibición futbolística que desplegó el charrúa aquel día es de las mayores vistas por un jugador txuriurdin en décadas. Tampoco se debe olvidar el tremendo partido que realizó Griezmann, con varias asistencias. Llegando al final del partido, un zapatazo desde la frontal de área dio al Cádiz el gol del honor, pero ya era tarde. La fiesta estaba servida en azul y blanco, y pese no consumarse allí el ascenso, lo dejó todo a punto para que la semana siguiente la Real volviese a donde nunca día haberse ido: Primera división.