El navarro prolonga su estadía con los rojillos dos años más
Enrique Barja, mejor conocido como Kike Barja, lleva en la entidad desde los ocho años de edad. Desde que llegó al club, ha pasado por todas las categorías posibles, hasta que en 2017, logró formar parte de la primera plantilla.
Se incorporó al Osasuna con ocho años. En 2013 lo subieron al Osasuna B, donde estuvo cuatro años. Aquí jugó 145 partidos y anotó 36 goles. En esta etapa de cuatro años, jugó en Tercera División y en Segunda B.
El de Noáin debutó con el club de sus sueños el 20 de mayo del 2017, en la última jornada de la temporada, ante el Sevilla. Desde su debut, ha jugado 59 partidos y ha anotado en cuatro ocasiones. Ya en la primera plantilla, ha estado en Segunda División y en Primera División.
Esta temporada solamente ha jugado 95 minutos. Dos partidos de Copa del Rey y un partido en la Liga Santander. Su poca participación se debe a la lesión que sufrió al principio de la pretemporada. Ninguna semana entrenando y el extremo se lesionó del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Se estimó que estaría fuera de seis a ocho meses.
Sorprendentemente, Barja pudo volver al campo en enero, ante el Recreativo en Copa del Rey. Poco a poco el jugador fue acumulando minutos, volvía de una lesión longeva y tenía que coger ritmo. Pero para sorpresa de todos, llegó la pandemia del coronavirus y todo el fútbol se paralizó, incluyendo, obviamente, el progreso de Barja en su vuelta a la normalidad.
El navarro tenía un contrato vigente hasta julio del 2021, pero este miércoles 15 de abril, el equipo confirmaría la renovación del canterano. El contrato se prolonga ahora hasta el 30 de junio de 2023 y cuenta con una cláusula en Primera División de 10 millones de euros. El Osasuna asegura así el futuro del canterano, al que describen como: “es uno de los jugadores más desequilibrantes y es una pieza importante en el vestuario”.