Fútbol Histórico: Otto Rehhagel, el entrenador más infravalorado

Otto Rehhagel tuvo una época de gestas increíbles que parecen imposibles cuando se cuentan, sin embargo, pocos son los que recuerdan su nombre

Dudo mucho que a algunos de los que lean este artículo les suene su nombre. Precisamente por eso me he aventurado al decir que es infravalorado. Su carrera está marcada por grandes historias y milagros que rozan los imposible.

Como muchos entrenadores, Rehhagel empezó siendo futbolista, pero su carrera no duró demasiado. Jugaba en la posición de defensa y era conocido como un muro infranqueable. De aquí adoptó sus tácticas extremadamente defensivas para los equipos que entrenaría posteriormente.

Entrando en el tema que nos ocupa, Rehhagel entrenó a numerosos equipos de la Bundesliga, como el Borussia Dortmund, Werder Bremen o Bayern de Múnich, llegando a ser apodado como «Kin der Bundesliga», lo que viene a significar «el niño de la Bundesliga».

Para agravar aún más su leyenda, es considerado como uno de los mejores entrenadores alemanes. Sus números en la Bundesliga son increíbles, pocos lo podrán llegar a superar.

De manera momentánea, ostenta el mayor número de victorias con 387, de derrotas con 228 y de empates con 205. Pero si creías que ya no había más que contar, sus equipos lograron en total 1473 goles, siendo el entrenador que más tantos ha conseguido con sus equipos en la Bundesliga.

Os he hablado de muchos números, pero queréis hechos, algo que os demuestre que ese tal Otto Rehhagel hizo historia. Pues, sin más dilación, os comentaré algunos de sus mayores hitos.

Ya que hemos estado hablando de la Bundesliga, Otto fue participe de uno de los mayores milagros de Alemania, ganar la liga con un equipo recién ascendido. En la temporada 1996, el Kaiserslautern descendió y los aficionados se vinieron a bajo, pues se trataba de un equipo fundador de la liga.

Pero algunos factores hicieron recobrar esa ilusión. El equipo logró mantener a la plantilla y fichó a Rehhagel. El equipo compitió muy bien en la segunda división y acabaron ascendiendo de nuevo un año después.

Con un bloque unido y fuerte, la temporada en Bundesliga comenzó contra el defensor del título, el Bayern. Los dos se estrenaron en la primera jornada y el Kaiserslautern dejó claro que iban en serio. A diez minutos del final, un solitario tanto de Schjonberg le dio la victoria a los suyos.

Todos decían lo mismo, típica sorpresa de principios de temporada, pero esta vez no amigos. El Kaiserslautern alcanzó el primer puesto en la jornada 4 y desde entonces no se descolgó. El Bayern inició una persecución para alcanzar al Kaiserslautern, pero sus esfuerzos fueron en vano.

El Kaiserslautern logró una temporada casi perfecta, ganando el título liguero con una jornada de margen. Otto y sus jugadores lograron uno de los milagros más sorprendentes en la Bundesliga desde hacía muchos años. Más de 70.000 personas celebraron aquel título en las calles y la historia de Rehhagel empezaba a coger forma.

De lo que tenemos que hablar sí o sí cuando se trata de Rehhagel es de Grecia. En 2001 fue contratado como nuevo seleccionador del conjunto heleno. Pocos apostaban por que Grecia se clasificara siquiera para la Eurocopa de 2004, pero Otto se los llevó en volandas.

Ya en la Eurocopa Grecia fue encuadrada en un grupo realmente difícil, con selecciones de la talla de España, Rusia y Portugal, la anfitriona. Rehhagel, al igual que con el Kaiserslautern, en la primera jornada ya dio un golpe de autoridad al imponerse por 1-2 contra Portugal.

A partir de ahí todo fue demasiado increíble como para creerlo. Grecia se clasificó como segunda de grupo y le tocó medirse a Francia, la gran favorita. Los Galos llevaban dos años sin perder ni un sólo partido oficial, todo parecía indicar que la sorpresa de Grecia se había terminado, pero lo que nadie se pudo imaginar fue lo que acabó pasando. Grecia eliminó a Francia con un gol de Charisteas, desplegando un juego táctico muy defensivo, que anuló totalmente a los franceses, los cuales no pudieron ejercer su juego y cayeron en la trampa griega. Tácticamente Otto Rehhagel planteó un partido perfecto.

En las semifinales Grecia sufrió ante la República Checa, pero tras la lesión de Nedved, los helenos desplegaron su juego y en un córner cabeceado por Dellas llegó el ansiado gol. Grecia, contra todo pronóstico, se clasificó para la final de la Eurocopa.

En la final esperaba la Portugal de Figo, Rui Costa y Cristiano Ronaldo, entre otros. Los anfitriones no podían fallar ante su gente y eran claramente favoritos. Pero Grecia ya había dado muchas sorpresas.

El partido se desarrolló como Grecia quiso. Su juego, altamente defensivo, hizo que Portugal se fuera al descanso con tan sólo dos remates a puerta. Zagorakis y Katsounaris hicieron un marcaje perfecto sobre Deco y gran parte del medio campo. Los lusos se vieron desactivados y empezaron a entrar los nervios. Portugal no estaba cómoda en el campo, pero el desenfreno llegó con el gol de Charisteas en un córner botado por Basinas. Grecia sólo tiró una vez en todo el partido, pero eso fue suficiente para desmotivar a Portugal, que lo intentó hasta el final. Grecia se encerró y colocó un muro humano en su propia área.

Finalmente, la Eurocopa se la llevó la Grecia de Otto Rehhagel, que nuevamente hacía historia. Sin embargo, su juego fue duramente criticado y tachado de excesivamente defensivo. Ante estas acusaciones el alemán simplemente dijo que su táctica funcionaba y que gracias a ella se llevó la Eurocopa. Con una plantilla repleta de jugadores muy poco conocidos, Otto alcanzó el que es su mayor logro como entrenador. Todos recordarán aquella Eurocopa de 2004, por su sorprendente campeón.

En definitiva, Otto Rehhagel ha consigo alguno de los mayores logros en la historia moderna del fútbol. La liga del Kaiserslautern, pero sobre todo, la Eurocopa de 2004. Después de todo esto, me sigue pareciendo increíble que a muy pocos les suene su nombre, porque sin duda permanecerá en los libros de historia. Tendrán que pasar muchos años para que volvamos a ver milagros como estos. Simplemente, gracias Otto Rehhagel por brindarnos estos momentos inolvidables.