Mendilibar llegó, en su segunda etapa en Eibar, en el año 2015, pero ya había dirigido al club 11 años antes, rozando su primer ascenso a primera división
Llegaba procedente del Lanzarote, el cual había dirigido dos temporadas, y con el que había estado a punto de llegar a la primera división. José Luis decidía regresar a la península de la mano del Eibar. El club vasco apostaba por un Mendilibar que ya tenía experiencia como técnico en el país vasco, con el Bilbao Athletic.
Los referentes de aquel Eibar
Al llegar allí, más allá de las incorporaciones que llevó a cabo el club, Mendilibar pedía expresamente un fichaje, del que había oído hablar durante sus temporadas en las islas: David Silva. El jugador canario militaba en aquel momento en el Valencia, a quienes sorprendió el interés en David. Llegaba para incorporarse en calidad de cedido al segundo equipo, pero desde el primer día se entrenó con el primer equipo y se convirtió en pieza clave.
Otros jugadores conocidos de aquel equipo son Gorka Iraizoz, quien regresó al Espanyol tras su cesión, al terminar la temporada. Otro conocido miembro de aquel equipo era Asier Garitano quien, diez años después, en calidad de entrenador, logró ese ansiado ascenso con el club armero.
Otro histórico de aquel equipo era Joseba Llorente. Aquel año el jugador vasco rozó la veintena de goles, quedándose con el cuarto puesto en la pugna por la boto de oro de la categoría de plata. Además, el antes mencionado Iraizoz, acabó cuarto en el trofeo Zamora.
El desenlace de la temporada
Ese ascenso que tan cerca se quedó en 2005. El conjunto vasco perdió la posibilidad de acceder a la primera división la última jornada, en un empate frente al Racing de Ferrol, que luchaba por una victoria para asegurar su continuidad en la categoría de plata. El club armero se encontró a solo tres puntos del ascenso, lo que hizo que Mendilibar recibiese méritos por parte de grandes equipos, decidiéndose por el Athletic Club, en el que no tuvo su mejor experiencia.
Once años después de aquel sueño (que acabó como pesadilla), Mendilibar regresó a la que fue su casa, de la que no se ha separado desde entonces, siendo esta su quinta temporada. El propio técnico vasco ha admitido varias veces que prefiere renovar su contrato de manera anual, motivo por el cual aún no ha firmado ese contrato que le vincule más tiempo al que es su equipo fetiche.
Quizá si hubiese logrado ese ascenso la historia del club sería muy diferente, pero está claro que eso podría haber condicionado su nueva etapa, en la que se ha resarcido con creces de la decepción que supuso su primera temporada.