Hace ya casi noventa años desde la temporada en que el Barça estuvo a punto de descender a Segunda
Hay quienes hemos crecido viendo a nuestro equipo ganarlo todo: tanto en la etapa dorada del ‘Dream Team’ de Johan Cryff, como también en la era más histórica del fútbol europeo del Barça de Pep Guardiola, hay quienes no saben que el fútbol es un deporte de contrastes, y el Barça lo sabe bien, pues hubo una vez en la que estuvo cerca de bajar a Segunda División.
Ha habido más, por supuesto, desde la creación del ‘Dream Team’. La etapa de Gaspart, por ejemplo. Fechas en las que el Barça tenía que ceder ante la magia de Rivaldo, en aquella noche mágica del brasileño que sirvió, y ésto sí que es raro, para clasificarse en los puestos de UEFA Champions League en la última jornada de Liga, disputándose el cuarto puesto frente al Valencia CF.
Pero no nos vamos a quedar ahí. En el artículo de hoy vamos a viajar, y lo vamos a hacer más allá de los años noventa u ochenta. Vamos a investigar la historia del Barça, y lo haremos hasta llegar a la temporada 1934-35.
El contexto en el que el Barça sufrió su peor época
Años treinta, la República. Época predecesora de uno de los tiempos más oscuros de la historia de España. Y en esos años, precisamente, era donde el Barça, uno de los grandes dominadores a día de hoy en las cinco grandes ligas, sufría para mantener la categoría en Primera.
El club barcelonés había sido fundado ya más de treinta años atrás, un 29 de noviembre de 1899. Y desde esa época, surgen las leyendas de tres equipos enormes que nunca han descendido de Primera a Segunda División: el Real Madrid, el Athletic de Bilbao, y el propio FC Barcelona.
Bien, pues no sería así esa temporada. Hay uno de ellos que sí ha descendido una vez, y es el club culé. Richard Dombi, técnico austríaco de origen judío, era el entrenador al mando que la entidad azulgrana contrató a los mandos del equipo aquella temporada, y, por lo que parece, no funcionó del todo como capitán de aquel barco hundido.
Durante aquella década, el Barça atravesó la peor crisis de la historia del club, y la solución a sus problemas no fue, ni de lejos, la llegada de Dombi, quien ya había dirigido en una primera etapa en el club (1926). Durante esa temporada logró varios títulos, y su primera estancia en el club fue más que buena. Una Copa del Rey, un Campeonato de Cataluña y el registro de victorias más alto del Barça (20 victorias, dos empates y dos derrotas).
La segunda etapa de Richard Dombi en el Barça fue muy distinta a sus primeros años en el club
No lo sería, sin embargo, su segunda etapa. El Barça, como ya hemos indicado, pasaba por un gran bache, y la llegada de Dombi no hizo más que cavar más hondo el hoyo del club.
Llegó la Liga, y llegaron con ella los malos resultados: los aficionados en el Camp Nou (y fuera de él) veían sufrir a su equipo, con derrotas muy claras (demasiado) y muy sucesivas contra otros grandes clubes como Athletic Club (6-1) o Real Madrid (4-0), quienes distaban mucho de la situación del otro equipo histórico del campeonato.
Como consecuencia de estas derrotas, el Barça cayó en picado en la tabla. Sumar puntos era una utopía, y jornada tras jornada el club se hundía más en la zona baja de la clasificación. Y fue entonces cuando llegó la gran decepción.
El catastrófico final del gran batacazo culé
En la última jornada de La Liga, el Barça salió derrotado por la mínima (1-0) en su visita al estadio del Real Betis Balompié. Tras esos tres puntos perdidos, el Barça se vio relegado hasta la novena posición, en una edición del torneo en la que, todavía por aquel entonces, únicamente eran diez los equipos que completaban aquella tabla.
Penúltimos, por ende. Segundos por la cola. ¿Qué significaba aquello? Que el Barça, según la normativa del campeonato, descendería a Segunda División.
Hasta la fecha eran los dos últimos clasificados los que descendían de categoría, por lo que al Barça le había llegado la hora de coger el ascensor y bajar de planta; sorprendentemente, no fue así.
El oportunismo de la Federación que salvó al Barça
La Federación Española de Fútbol, en una decisión sin precedentes y con una idoneidad que agradecieron en Barcelona, decidió que durante esa campaña no habrían descensos en Primera División, puesto que la Federación quería ampliar la categoría a doce equipos participantes para aumentar la competitividad del campeonato liguero.
Esa simple decisión fue la que condicionó el posible (o el más que real, de hecho) descenso del Barça, que se mantuvo en Primera División un año más, como también así lo hizo el Arenas de Getxo. Junto a ellos y al resto de equipos de Primera, ascendieron esa temporada Sevilla FC y Atlético de Madrid.
Posteriormente, y apenas una temporada después, el club azulgrana conseguía mejorar sus actuaciones y llegaba a final de temporda a mitad de la tabla. Un año después, era Subcampeón en la Copa del Rey y, apenas unos años después, comenzaba la década de los cuarenta.
Después del desastre, comenzaba la «remuntada», y el club ya nunca volvería a ser el mismo
¿Qué significa? Que por aquel entonces, el club superaba la durísima y casi asfixiante época de los años treinta para sumirse en una totalmente distinta. Fue en los cuarenta cuando el Barça logró conquistar sus primeros títulos de Liga, para comenzar así a invertir la historia vivida hasta la fecha.
Quién sabe qué hubiese sido del Barça de no haber vivido ese oportunismo por parte de la Federación. Podría haberse producido un descenso a Segunda, quizá el Barça nunca habría sido el equipo enorme que a día de hoy es (o quizá sí), pero, lo que está claro, es que no sería considerado como uno de esos tres equipos históricos que, hasta la fecha, jamás han descendido.
El Barça se salvó. Y posteriormente empezó a hacerse grande. Pero las etapas duras en el fútbol van y vienen. Y eso, al fin y al cabo, haríamos bien en no olvidarlo.
