El charrúa, que llegó al conjunto neroazzurro como una de las altas estrella, es una de las mayores decepciones de la temporada en Italia
La temporada de los pupilos de Antonio Conte no es mala. De hecho, si se hiciera un balance entre lo positivo y lo negativo ganaría lo primero. Aún así, hay ciertos elementos de este conjunto que no cumplieron con las expectativas. Diego Godín, llamado a ser uno de los refuerzos más importantes y un hermano mayor (futbolísticamente hablando) para los jóvenes talentos, ha fracasado.
El uruguayo llega al conjunto de la beneamata tras hacerse un hueco entre los jugadores más importantes de la historia del Atlético de Madrid. El Inter buscaba una pieza que apuntalara la nómina de zagueros neroazzurra, muy bien representada por dos centrales cpmo Stefan De Vrij y Milan Skriniar. La misión estaba centrada en sumar experiencia y calidad con el balón, aspecto muy importante de cara a luchar en Liga, Copa y Champions.
La realidad es que, quitando el principio de temporada, la temporada de Godín ha sido muy floja. La edad no perdona (tiene ya 34 años), y con ella las lesiones son más frecuentes. Además, el hecho de que el Inter utilice una línea de tres centrales hace que abarque más espacio a la hora de defender, lo que le obliga a estar más expuesto. También sufre tanto en situaciones de uno contra uno como en situaciones de repliegue, donde no se siente cómodo debido a su falta de velocidad.
¿Futuro lejos de Milán?
Entre las lesiones y la irrupción de Alessandro Bastoni, un central que se adapta mejor a los esquemas de Conte, al ser un gran conductor de balón y ofrecer la capacidad de anticipación en zonas muy adelantadas,perdió su sitio. De hecho, su salida en el próximo mercado de fichajes es posible, según indicaron los medios italianos en las últimas semanas.
La realidad es que Godín no terminó de sentirse cómodo como ‘central abierto’, dado que es un jugador que sufre a campo abierto. Además, tampoco ha terminado de explotar su buena salida con el balón y su capacidad de pase para alimentar a los delanteros y jugadores de segunda línea, otra de las señas de identidad de los equipos de Conte.
Veremos si el Inter decide quedarse con el uruguayo como alternativa en la línea de zagueros, pero su rendimiento y salario no invitan a que esto se cumpla. “El Faraón” no ha cumplido con las exigencias marcadas por el conjunto neroazzurro, y posiblemente quede como uno de los fichajes más desilusionantes del equipo milanés en la relación expectativas – realidad.