Muchas grandes personalidades forman parte de la historia del Valencia CF, pero hay una que brilla con más fuerza
Jaume Ortí comenzó siendo gestor deportivo de una pequeña localidad valenciana, cercana a su ciudad natal. El Alaquás lo llevó de forma brillante, entrando, poco a poco, a formar parte del consejo rector del club de sus amores, el Valencia CF. Accedió a la directiva de este de la mano de Paco Roig en el año 1994. En ese mismo año, Roig llegó al cargo presidencial del equipo blanquinegro.
Sin embargo, tras diversas desavenencias con el mandatario del combinado de Mestalla, Ortí dejó de formar parte de la cúpula directora del Valencia CF. Pero todo buen valencianista siempre vuelve donde se merece. En 1997, con la llegada a la presidencia de Pedro Cortés, Jaume Ortí fue nombrado vicepresidente del club.
El Valencia estaba pasando un periodo bastante inestable, tanto en lo social como en lo deportivo, de hecho llevaba muchos años sin levantar una copa y sin la celebración correspondiente. Pero, con la llegada de Pedro Cortés todo cambió. En esos cuatro años que duró su mandato, el equipo blanquinegro levantó una Copa del Rey, una Supercopa de España y, aunque sea un recuerdo más amargo, dos finales y consiguientes subcampeonatos de la Copa de Europa.
Esos años se empezó a gestar un Valencia temible. Y, fueron precisamente esos días los que permitieron que Ortí siguiese en la Junta Directiva, pues las presiones por parte de los accionistas no cesaban.
En 2001 llegó la hora de Ortí, tras la renuncia de Pedro Cortés al cargo de presidente, ascendió a ese mismo cargó Jaume. Durante el tiempo que este fue presidente del Valencia CF, el templo valencianista veía como su equipo era nombrado, hasta en dos ocasiones, mejor equipo del mundo según la prestigiosa organización IFFHS. Además, durante ese periodo, el club valencianista conquistó dos ligas, una Copa de la UEFA y una Supercopa de Europa.
Como bien ha dicho recientemente Kike Mateu, Ortí fue el mejor presidente de la historia del Valencia, simplemente porque sabía delegar el trabajo de una determinada parcela en grandísimos profesionales. Poco a poco se gestó un equipo campeón y temible en toda Europa.
Jaume Ortí siempre fue un hombre muy carismático y querido en el seno de la entidad del murciélago. Recordados fueron sus gestos como celebrar los goles del Valencia con una peluca naranja o sacar a escena un abanico gigante cuando su equipo de los amores se jugaba un título. Tal fue su recuerdo, que en el día del homenaje a Ortí en Mestalla, Rodrigo Moreno celebró su gol con la peluca nombrada.
Un presidente como pocos, un ídolo diferente. Una persona que confió en su entrenador a pesar de un horrible inicio. Un icono para todo el valencianismo y el fútbol en general. Jaume fue quien acuñó el término de galácticos al Real Madrid de los Zidane, Beckham y compañía. Simplemente Jaume Ortí, desde el cielo velando por sus bonicos del Valencia.
