El 18 de mayo de 2013 se retiraba en el PSG una leyenda del fútbol, David Beckham
A los 38 años de edad, David Beckham, con una carrera maravillosa a su espalda, decidía poner fin a su etapa como futbolista. Jugó en el Manchester United, Madrid, LA Galaxy, A.C Milan y PSG, además de también jugar en la selección inglesa hasta 2008. Una leyenda tanto dentro como fuera del terreno de juego, se ganó a la afición a base de calidad y trabajo. En 2013 ponía fin a 21 años de carrera como futbolista, aunque seguiría en el mundo del fútbol.
Un maestro del esférico, 856 partidos como profesional, 146 goles y 284 asistencias. Un palmarés envidiable con 19 títulos, entre los que se encuentran un campeonato de Europa y seis títulos de Premier League. Con la llegada al PSG, se empezaba a notar que la etapa de futbolista se estaba acabando, la luz se estaba apagando. Tras dos años en Los Ángeles, ya se sospechaba que anunciaría su retirada más pronto que tarde. Aunque sin esperarlo, el inglés decidió tomar rumbo a Europa en invierno, más concretamente a París. Cobrando un mínimo que se le obligaba, decidió donar todo su sueldo a organizaciones benéficas.
Tres meses después de su fichaje, el 31 de enero, el 16 de mayo anunciaba que colgaba las botas para siempre. Pasaron los meses y llegó el último partido. El último encuentro de David Beckham como jugador. Un partido de la Ligue 1 en el Parque de los Príncipes contra el Brest. Un partido marcado en la historia como la retirada de un maestro del balón.
Con el titulo del campeonato domestico en el bolsillo, Beckham salió a jugar un partido que a nadie le gusta jugar. El ultimo partido de fútbol como profesional. Una afición entregada. Una carrera para enmarcar. Capitaneando al PSG, el centrocampista inglés ante 45.000 aficionados fue sustituido en el minuto 82 por Carlo Ancelotti. La ovación fue tal que el eterno “Spice Boy” no pudo contener las lágrimas y echó a llorar mientras abandonaba el campo. Jugadores, cuerpo técnico y aficionados aplaudiendo a un jugador que se convirtió en leyenda. Una manera preciosa de acabar una carrera, triste, pero feliz.
Un jugador que fue la cara de muchas marcas, y que dentro del terreno era pura calidad y trabajo. Demostró en Manchester que tenia calidad de sobra. Demostró en Madrid que no le importaba bajar al barro y trabajar. Su calidad le bastó de sobra para jugar en la selección absoluta en 1996. Un golpeo que muy pocos tienen. Calidad para pasar. En definitiva, una leyenda que se retiraba.
Aunque la temporada todavía no había acabado, tanto el entrenador como el jugador dieron a entender que no jugaría el encuentro que restaba para el 24 de mayo contra el Lorient. Por eso, la despedida fue igual de grande que fue su carrera.