Algunos jugadores caen por problemas físicos, otros por decisión propia, Jesé Rodríguez sufrió ambas
Una de las mejores generaciones de canteranos que ha visto el Real Madrid en su pasado reciente, fue la que jugó con el equipo filial entre el 2010 y el 2014. En aquel equipo había muchos roles, el capitán, el líder… La clave era la estrella.
Jesé había llegado muy pequeño a la fábrica, había destacado enormemente en el fútbol base de Las Canarias. Sus primeros pasos los dio con Veteranos del Pilar y Asociación Deportiva Huracán. Cuando jugaba en infantiles, el Real Madrid decidió hacerse con él.
En el club blanco sabían de su potencial, por lo que decidieron blindarle siendo muy joven. Allí jugaba con una categoría superior a la que le correspondía, con compañeros de uno o dos años más. Su talento ocultaba un gran problema: su comportamiento. En el año 2009, con 16 años, agredió al árbitro en un derbi de filiales, frente al Atlético de Madrid. Desde el club, se consiguió ocultar este escándalo aunque, por poco tiempo, marcando esto a Jesé durante mucho tiempo.
Su debut en el primer equipo
Fue el gran artífice del ansiado ascenso a segunda del Real Madrid Castilla, con sus goles, asistencias y jugadas vistosas. Esto fue motivo suficiente para que, Carlo Ancelotti decidiese apostar por él. En la temporada 2013/14, iba a ser el suplente de Cristiano y Gareth Bale. Fue un jugador clave en la rotación del italiano, hasta que, una lesión frente al Schalke 04, la que comenzaría con su debacle, le apartó de los terrenos de juego. La cara de dolor de Jesé Rodríguez lo decía todo en aquel momento. Había entrado en el minuto 80 y, antes del pitido final, una ruptura del ligamento cruzado marcó por siempre al canario.
Su vuelta a los terrenos de juego se dio el 9 de diciembre de 2014, tras meses de quirófano e intensiva recuperación. Regresaba al primer equipo en la competición europea, la misma que le había atribuido su caída a los infiernos, iba a ser partícipe de su regreso a los cielos. El Santiago Bernabéu aplaudía a Jesé en sus primeros pasos en el verde, sabiendo lo complicado que había resultado para esta afrontar su situación y, el apoyo que necesitaba para volver a jugar al fútbol. El partido acabó 4-0 y, en los 30 minutos de Jesé en el campo, este dio una asistencia, no era un mal regreso.
La siguiente temporada, comenzaba con Rafa Benítez como técnico. El entrenador madrileño apostó por el canario como relevo de Cristiano Ronaldo, que jugó muchas veces en la punta de ataque, por lo que Jesé ocupaba la banda izquierda. En enero, Zinedine Zidane sustituyó a Benítez como entrenador, apostando el francés por Jesé como sustituto de Karim Benzema y Cristiano Ronaldo, siendo el “jugador 12”.
Su fichaje por el PSG
Acabó la temporada con 38 partidos jugados, siendo ganador de la Copa de Europa con los blancos y, asentándose de nuevo, ocultando los fantasmas de su lesión. Su buen rendimiento, sumado al regreso de Morata, que pisaba mismas zonas que el canario (como nueve referencia), hizo que el París Saint-Germain se interesase en la situación de Jesé. Los franceses hicieron una oferta de 25 millones por el extremo español, que llegaba a París con cartel de estrella, nada más lejos de la realidad.
Emery, que acababa de llegar al banquillo parisino, solicitó a Jesé como refuerzo clave para jugar en el Parc Des-Princes, pero, conforme comenzó la temporada, se vio que el canario no tenía hueco en el once. En enero, solo había jugado 14 partidos así que, con la llegada de Julian Draxler, se decidió que había que buscar una salida al canario, que vio una oportunidad de volver a su tierra en forma de cesión.
En aquel momento, enero de 2017, el técnico del club era Quique Setién. Con una apuesta diferente a lo común, su estilo favoreció mucho a Jesé, que en 16 partidos anotó tres goles y asistió en uno, partiendo como extremo zurdo. El delantero de aquel equipo era Kevin Prince-Boateng. En solo seis meses, formaron una dupla que aunaba la calidad con el exotismo.
La cesión en Inglaterra
Al acabar la temporada, regresó a Francia y, pocos días después, el club confirmó su cesión al Stoke City, de la Premier League. Jugando en Inglaterra volvió a denotar las carencias que había mostrado en Francia, su mayor problema era la falta de concentración. Jesé no era feliz en Inglaterra, y eso se veía en cada balón que tocaba, no se encontraba a sí mismo. Su vuelta a Francia supuso un varapalo más para el canario, un jugador que se había perdido a través de los problemas sociales, físicos y económicos.
La temporada 2018/2019 fue el claro ejemplo de la decadencia de Jese y, los pocos destellos del brillo que algún día tuvo. Hasta enero, jugó un solo partido, entrando como suplente, en Coupe De France, disputando un minuto de juego. En el mercado de invierno, Quique Setién volvió a rescatarlo, aunque en esta ocasión la falta de ritmo le pasó factura. Su condición física era pésima, pero seguía mostrando (en momentos contados), porque el cántabro seguía creyendo en Jesé.
La decadencia de Jesé
El Betis no se hizo con él, no había opción de compra y, no mostró interés por hacerse con el canario, al cual habían estipulado un precio de salida de 5 millones de euros. Quién si preguntó por él y, acabó incorporándolo cedido a su plantilla, fue el Sporting de Lisboa.
En Portugal, ha jugado 17 partidos, marcando un gol. Los dirigentes del Sporting decidieron que Jesé no había respondido como esperaban y, hace pocas semanas confirmaron su despido, volviendo Jesé a incorporarse a la plantilla del PSG.
Su carrera se ha visto condicionada por un problema físico que aún arrastra, muchos errores a nivel social, priorizando su carrera musical y su fama. Quizá la historia podría haber sido diferente, si Kolasinac no hubiese provocado una ruptura en aquel ligamento maldito.