La eterna cuestión, decidir cuál de los dos ha sido más influyente en el Real Madrid de la era moderna
El lateral zurdo del Bernabéu lleva más de 20 años hablando portugués. No nos referimos a la fugaz irrupción de Fábio Coentrao, sino a la clase traída desde el otro lado del charco, la brasileña.
Está claro que Roberto Carlos y Marcelo son dos de los mejores defensas izquierdos de la historia de Brasil, del Real Madrid, y de la historia en general -obviando que a Paolo Maldini se le puede considerar defensa central, no lateral-. Ante esta puesta en escena de dos figuras innegablemente trascendentales, es difícil tomar una decisión sobre quién es mejor.
El palmarés habla por sí solo
Filtrar la decisión por el palmarés significa entregar la corona a Marcelo Vieira. Apenas cuenta con una Copa Confederaciones con Brasil en 2013 -Roberto Carlos le supera en este apartado con creces, cuenta con una Copa Mundial, dos Copas América y una Copa Confederaciones- aunque esto no hace más que engrandecer su marca a nivel de club.
Marcelo ha conquistado 22 títulos a lo largo de su carrera, uno más que su compatriota, y aún estando activo. Además, a nivel Real Madrid sus trofeos ascienden a 21, por los 13 de Roberto Carlos. Así que si pretendemos formar un equipo campeón, Marcelo es el hombre.
La práctica, clave
Sin embargo, ningún técnico debe guiarse por la vitrina de ningún jugador sin antes haber observado sus cualidades. El esquema y la filosofía del equipo son claves a la hora de decidir qué tipo de jugadores necesita un entrenador en el plantel. Por eso, todo depende de una decisión personal, del gusto, de las intenciones que tenga el club.
Es algo obvio, por una parte, que el sistema óptimo para cualquiera de ellos sería uno que cuente con carrileros -ya todos conocemos la vocación ofensiva de ambos, y sus carencias en campo propio-. Son defensas hechos para atacar, por muy irónico que pueda sonar. En conclusión, la formación inicial poco importa a la hora de inclinar esta balanza, su vocación apunta hacia el mismo polo.
Por tanto, la decisión queda en manos de un entrenador que quiera un perfil de jugador muy concreto: aunque Roberto Carlos puede aportar algo más -defensivamente hablando-, Marcelo cuenta con la capacidad de convertirse en un extremos más. En definitiva, dentro de una decisión tan sujeta al gusto, al fetichismo, la cuestión se resuelve en torno a que Marcelo aportaría más calidad, un toque más fino, y llegada con gol, mientras que el campeón del mundo llegaría con más potencia y solidez, y siendo una figura temida a balón parado.