Nos remontaremos a principios del siglo XX para conmemorar y recordar uno de los derbis más apasionantes de España y del mundo del fútbol en general
En el mundo del fútbol hay partidos que destacan sobre los demás, alguno de ellos son finales de alguna competición europea pero el claro y normal ejemplo son los derbis entre dos equipos de una misma ciudad o de una misma comunidad autónoma.
De España hay que destacar el derbi Madrileño, el famoso Clásico y el apasionante derbi sevillano como los partidos más destacados y más vistos por todo forofo del deporte rey. Muchos dicen que el derbi Madrileño es mejor que el Sevillano pero en mi opinión no lo creo ya que la pasión y los días antes que se viven no se los quita nadie. Que sevillista o bético no ha estado nervioso o ha empezado a discutir el uno con el otro por los trofeos que tiene o por los resultados de otros derbis pasados, cada uno tiene sus motivos y es algo bonito de este deporte.
El primer Derbi Sevillano
Para llegar a ese momento hay que remontarnos a principios del siglo XX, cuando el fútbol estaba emergiendo a borbotones.
El primer enfrentamiento directo que está documentado data del 28 de noviembre de 1909. Fue un encuentro amistoso, en el Prado de San Sebastián, entre el Sevilla Football Club y el Sevilla Balompié (actual Real Betis), que acabó con victoria de los visitantes. Un año más tarde se vieron las caras de nuevo en la Copa del Alcalde de Sevilla y la balanza volvió a decantarse del mismo lado. Pese a que ambos clubes acababan de fundarse, los piques no tardaron en aparecer y buena prueba de ello es que en muchos torneos locales hubo patadas a diestro y siniestro y resquemor a la de hora de admitir la derrota. Es así que, con relativa frecuencia, el equipo perdedor que ejercía de anfitrión se negaba a entregar el preciado trofeo a su oponente.
Alguna curiosidad de aquella época señala que los sevillistas llamaban a los béticos ‘pepinos’ por el color verde de sus camisetas, mientras que los béticos llamaba a su eterno rival como los ‘rojos’ o ‘merengues’.
Un derbi diferentes a los demás
El derbi hispalense es diferente al resto. Es más que un partido de fútbol. Es un sentimiento inigualable que divide a la ciudad y que invade a todo aquél que sin mamarlo desde pequeño tiene el honor de disputarlo. Da igual de dónde haya venido el jugador, que si ha sido un fichaje, o si es de la cantera ya que una vez que se enfunda la camiseta blanquirroja o verdiblanca, se empapa y se siente ese pique especial que se vive entre los aficionados..
Además según la opinión de otros jugadores que han jugado en el Atlético de Madrid y Real Madrid y después en el Sevilla o Betis cuenta que ningún derbi en el panorama nacional se acerca en nada a la peculiaridad del sevillano. También ex jugadores, tanto españoles como extranjeros, coinciden que fueron unos afortunados por poder vestir la camiseta de ambos equipos y de vivir un acontecimiento que como he dicho anteriormente paraliza la ciudad y los corazones de más de uno cuando el balón se acerca a la portería del equipo de tu vida.
No obstante, el empuje de la afición es esencial en los derbis, la presión de tu estadio y el furor que desprende es vital para que el equipo local asedie al rival y lo hunda en segundos. La conexión entre afición y equipo es obligatoria para ganar al rival, y más en un derbi
Pero en este próximo derbi desgraciadamente no va a ser posible la asistencia del número 12 en el equipo local, en este caso del Sevilla FC, ya que la entrada de aficionados a los estadios es algo que se está discutiendo y que todavía no se ha decidido y dicho oficialmente por el gobierno central, debido a la pandemia que nos rodea en los tiempos actuales.
Un sentimiento que perdurará siempre
Desde las primeras generaciones que pudieron presenciar ese primer derbi en el Prado de San Sebastián hasta estas generaciones ha pasado ya casi un siglo pero un sentimiento ha seguido intacto en el corazón y en el día a día de todas las familias. Además algo característico de la ciudad de Sevilla es que o eres del Sevilla FC o eres del Real Betis.
Quién no ha echado en cara a los otros, si es bético o sevillista, en el colegio, a primera de hora de la mañana, que el derbi ha sido ganado por uno de los dos equipos, o quién no se ha traído una bufanda al colegio y ha empezado a cantar cánticos de sus respectivos equipos. A unos les parece una tontearía pero un sentimiento indescriptible e impagable.
Quién no se ha puesto de pequeño en Youtube los cánticos de sus equipos para amenizar el tiempo, aprenderse las canciones, y crear más furor cuando esté en el campo y anime a los suyos.
Son cosas que uno recuerda con mucha nostalgia y que seguirá recordando y transmitiendo a sus hijos, para que ellos, posteriormente, se lo pasen a las futuras generaciones….
Ahora que estamos en plena pandemia hay que esperar, estar tranquilos, porque todo pasará, y cuando todo pase podremos volver a la ya tan mencionada y ansiada normalidad y volveremos a vivir de primera mano un partido que paraliza durante 90 minutos la ciudad del rio Guadalquivir, la de La Giralda, la de los callejones estrechos con sus famosas placas, la del sol iluminando el barrio de Santa Cruz. Porque es así y nadie lo niega, uno de los símbolos de esta hermosa ciudad, es la pasión por el Fútbol….