Uno de los mejores técnicos que ha pasado por el fútbol alemán y que también ha dejado huella en España, tras dirigir a Athletic, Tenerife y Real Madrid
Hablamos de Jupp Heynckes, también conocido con el apodo de Osram (fabricante de bombillas) debido a su blanca piel y a la rapidez en ponerse rojo. El entrenador alemán, ahora ya retirado a sus 75 años, es uno de los más queridos en el país. No solo por su labor en los banquillos, sino que también por su gran nivel mostrado en su etapa como jugador. En su palmarés como futbolista suma un Mundial y una Eurocopa y como técnico ha levantado dos Champions League. Pero en el artículo de hoy nos vamos a centrar en toda su evolución desde que empezó dirigiendo al Borussia Monchengladbach tras colgar las botas.
El sucesor de Udo Lattek
Tras terminar una exitosa carrera como futbolista marcando goles en el M’gladbach y en el Hannoverscher (el actual Hannover 96), debutó como entrenador en el equipo donde creció. Tenía la complicada tarea de sustituir a un mito, Udo Lattek, que consiguió hacer de los potros un equipo grande de Alemania. En los ocho años de Heynckes al mando del equipo, no logró alzar ningún título, pero sí que les mantuvo en las partes altas de la tabla. Se quedó muy cerca de ganar la Copa de la UEFA en su última temporada, cuando en ese mismo verano decidió cambiar de ciudad y poner rumbo a Múnich.
De nuevo sucedía a Udo Lattek, que dejaba el Bayern en sus últimos años como entrenador. Era el inicio de una bonita historia entre Jupp y el equipo bávaro, al que entrenó en cuatro etapas distintas. En la primera, entre 1987 y 1991, levantaría dos Bundesligas, pero acabó siendo despedido debido a una serie de malos resultados. Jupp Heynckes ya tenía un gran nombre dentro del fútbol, y no solo en Alemania, sino que en el panorama internacional. Eso le hizo empezar un nuevo reto, y así fue como llegaría a España para dejar huella en varios equipos.
Dejando huella en España
En 1992 se haría oficial su llegada al Athletic Club. San Mamés se hacía con un gran entrenador en un momento donde las cosas no iban muy bien. Heynckes devolvió la ilusión a un equipo considerado mediocre, con una filosofía ganadora, y en su segundo año le dejaría en la quinta posición. No solo eso, sino que fue el responsable de hacer debutar a una futura leyenda, Julen Guerrero. Dos años donde fue querido en Bilbao, pero de nuevo regresaría a Alemania para entrenar al Eintracht, aunque fue una mala temporada quedando en la decimotercera posición.
Así sería como de nuevo volaría hacia España, pero esta vez mucho más al sur. Su nuevo equipo era el Tenerife, donde también consiguió un cambio de rumbo y se consagró en dos temporadas para recordar. En la primera conseguiría entrar a la Copa de la UEFA dejando fuera al Madrid de competiciones europeas. En la segunda temporada, golearía a Lazio y Feyenoord para llegar a las semifinales de la competición, donde caerían ante el Schalke. Periplo en Europa del cuadro tinerfeño, que llevaría a Heynckes a recalar en el Real Madrid.
En esa temporada 1997-1998, lo que conseguiría en el Real Madrid sería un hito. El rey europeo, 32 años después de ganar su sexta Champions, lograría la séptima, y Jupp Heynckes sería el encargado de levantarla, o no, porque la relación entre jugadores y técnicos fue muy fría. Una final donde la Juventus era el equipo favorito, pero los merengues,vencieron 1-0 gracias a un gol de Mijatovic. Aun así se recuerda que ni la celebró, porque sabía que ya no contaba para Lorenzo Sanz desde enero de ese mismo año. Dejó al equipo en cuarta posición en liga y un año después llegaría a Portugal para dirigir una temporada al Benfica.
Athletic y vuelta convulsa a Alemania
Estuvo un año en blanco antes de llegar al Benfica, donde en su única temporada entera no congenió con la afición. Quedó tercero en liga, y se marchó en septiembre del 2000 tras cuatro jornadas disputadas. Ya en la próxima temporada regresaría al banquillo del Athletic Club. De nuevo el Athletic no llevaba unos años buenos, pero Heynckes logró llegar a unas semifinales de Copa, y al mismo tiempo haría debutar a otra gran promesa que sería clave en un futuro. Aritz Aduriz pisaba el suelo de San Mamés, con lo que empezaría la historia de una leyenda rojiblanca. Tras dos temporadas quedando noveno y séptimo respectivamente, en 2003 marcharía del equipo para regresar a Alemania de forma definitiva.
Su nuevo reto era dirigir al Schalke, aunque en la temporada 2003/2004 quedaría séptimo y seria cesado a inicios de la siguiente por malos resultados. De nuevo cambiaba de equipo, y esta vez para regresar a su ciudad natal en 2006. Dirigió al Borussia Monchengladbach pero dimitió en enero de 2007 tras doce partidos sin ganar. Otro cambio de equipo, ahora volvía al Bayern en abril de 2009, para jugar cinco partidos y terminar subcampeón de liga por detrás del Wolfsburgo. Tras eso fichó por el Bayer Leverkusen, donde en dos temporadas consiguió otro subcampeonato, antes de regresar a Múnich.
El triplete con el Bayern
El Bayern de Munich destituía a Louis van Gaal, toda una institución del fútbol, y Jupp Heynckes debía devolver la ilusión al equipo bávaro. En 2011 se hizo con las riendas del equipo, y logró alcanzar dos finales, de Copa y Champions, aunque cayó en las dos, ante el gran Borussia Dortmund del revolucionario Jürgen Klopp y ante el Chelsea, en su propio estadio, cayendo en los penaltis. Tras esa temporada sin títulos, el Bayern anunciaba que Heynckes solo estaría un año más en el banquillo, porque el futuro entrenador era el blaugrana Pep Guardiola. Curiosamente, ese año el Bayern triunfaría en todas las competiciones.
La temporada 2012-2013 sería una de las mejores de la historia del club. El fracaso de la pasada temporada sirvió como punto de inflexión, y primero se hicieron con la Supercopa de Alemania ante el Borussia. Luego de forma cómoda, con la Bundesliga, veinticinco puntos por encima de los de Klopp, y también con la Copa, con un 3-2 ante el Stuttgart. Lo más importante estaba por llegar, completaron el triplete, primero eliminando al Barcelona de Tito Vilanova en semifinales de Champions por un global de siete a cero, y luego, en Wembley, se cargaron a su máximo rival, el Borussia. Esa fue la despedida perfecta, para un Jupp que se retiraría poco después.
El alemán fue premiado por la FIFA como entrenador del año 2013, y tras años apartado, regresaría en 2017 para dirigir de nuevo al Bayern, esta vez sí, de forma definitiva. Lograría la Bundesliga, aunque en Copa, sería el Eintracht de Niko Kovac, futuro entrenador del Bayern quien se la llevaría. De esta forma se despediría Jupp Heynckes del fútbol. Un entrenador que ha vivido el fracaso muchas veces, pero que también ha sabido ganar, aunque quizá se le ha sido injusto y poco valorado. Aun así, es otro nombre que quedará en la historia del deporte que más nos une.