Para muchos pocas cosas mejores hay que el Valencia, un sentimiento, una pasión y, en muchas ocasiones, casi una forma de vivir
Pasan los jugadores, pasan los presidentes pero nosotros y tú, querido Valencia, siempre estamos ahí. Nos duele ver cómo te maltratan, pisotean e incluso te ningunean y nosotros no podemos hacer nada, porque a la mínima somos expulsados y/o vetados de nuestro templo. Eres lo más importante Valencia, eso no lo dudes.
Todos echamos mucho de menos ir a un estadio de fútbol, pero no poder ir a Mestalla a verte es mucho peor. No poder estar esas tardes de domingo, jueves, sábado, a la hora y día que sea nos duele más como si un puñal nos clavasen. Pero de lo que estoy seguro es que muy pronto te veremos otra vez en lo más alto, empujándote y dándote aliento hasta el final.
Va a ser difícil no ir a verte a Mestalla en lo que resta de competición, pero nosotros, desde casa te animaremos como siempre, de forma incansable y sin cesar. No está siendo un año fácil. Las cosas no salen como nos gustaría. En Liga nos jugamos mucho en las jornadas que faltan y en Champions fue mucho peor, fuimos eliminados estrepitosamente y, además, el virus entró desde nuestra entidad.
Perdónanos, Valencia si te hemos fallado, no era nuestra intención. Nosotros te defendemos allí donde vamos, orgullosos de defenderte. Pero lo peor de todo es ver como otros equipos, aficiones e inclusos competiciones se ríen de ti y aquellos que te dirigen no mueven ni un dedo por defenderte. No te merecen. Contigo no se juega, por ti se juega.
Eres lo único capaz de unir a personas de diferentes ideologías o formas de pensar, todos unidos por ti, llorando por ti y disfrutando contigo. El murciélago de tu camiseta no se pisotea, eso todos lo tenemos claro. Querido Valencia, gracias por todo. Te echamos de menos.