Johan Cruyff disputó 10 partidos con el Levante
Todos tenemos una imagen idolatrada del histórico jugador, entrenador y filósofo del fútbol, Johan Cruyff. Su carrera es casi implacable. Revolucionó la manera de jugar, pues implementó técnicas vanguardistas para hacer del fútbol un espectáculo para el aficionado. ¿Quién no ha escuchado del fútbol total? Y digo que su carrera es casi impecable, ya que tuvo un mal paso (10 partidos) por el Levante.
Remontémonos a diciembre de 1980
Johan Cruyff deja el fútbol de Estados Unidos y regresa a Barcelona para jugar un partido de exhibición, en beneficio de la UNICEF. Al final del encuentro, el holandés, manifestó ante los medios de comunicación su deseo de regresar a jugar al fútbol europeo. Los rumores, no se hicieron esperar, sonó su llegada al fútbol ingles (Arsenal, Chelsea o Leicester), o su regreso a España para vestir los colores del Espanyol o el Levante.
Fue Paco Aznar, presidente del Levante, para ese entonces, fue quien se arriesgó a viajar a Ámsterdam, con una maleta llena de sueños, para intentar firmar a Cruyff. Paco pensaba que con la llegada del holandés, se incrementarían las taquillas y los socios del club, aunque el Levante estaba pasando por muy buen momento en la Segunda División, pues tenían el segundo lugar de la clasificación y el equipo venía jugando de buena manera.
A unos días de cumplir 34 años de edad, Johan firmó con el club azulgrana. En su primer entrenamiento, como era de esperar, llenó todo el inmueble. Aunque apenas ese día, empezaron las malas noticias. La Federación Española de Fútbol no aprobó el traspaso hasta que el club pagara deudas que tenían con los jugadores, pues para ese entonces Cruyff recibiría un salario muy grande en comparación a los otros futbolistas del plantel. Este problema retrasó el debut del holandés por casi un mes.
El esperado debut llegó a finales de febrero
El 29 de febrero por fin llegó el tan esperado día. Los “granotas” recibieron al Palencia, y el cuadro local ganó por la mínima. Aquel día los ingresos del club se dispararon, pues el estadio se llenó con la esperanza de ver al astro holandés deleitar los ojos del púbico. Terminó resultando una decepción para toda la gente, ya que el “El flaco” (apodo popularmente usado para referirse a Johan Cruffy) tuvo una participación muy discreta.
En teoría, todo iba bien, hasta que se presentaron los problemas dentro del vestuario, especialmente con el entrenador en turno, pues no le gustaba las actitudes que tenía Cruyff. Según él, llegaba a los partidos en el coche del presidente y se ausentaba a muchos entrenamientos o llegaba cuando estos ya habían finalizado.
Alguna vez el “Levante de Cruyff” fue a jugar a la cancha del Alavés. Los directivos granotas exigían la mitad de las ganancias de la taquilla, pues argumentaban que la gente solo venía a ver jugar al holandés. Debido a esto, Cruyff, no jugo aquel partido, pues dijo que su esposa había enfermado. El Levante perdió 1-0 mencionado encuentro. El técnico del Levante, Pachín, fue despedido ese mismo día. En su lugar llegó un viejo conocido de Johan. Joaquim Rifé, con quien compartió vestuario en Barcelona.
Yo creo que todo estaba preparado de antemano. Se buscó el momento para quitarme y se aprovechó el revuelo
Pachín
A partir de ese momento, tanto el Levante, como Cruyff, dejaron mucho que desear. “El flaco” anotó dos goles contra el Oviedo y en cada partido, al menos, dejaba un destello de arte con el balón. Jugó un total de 10 partidos, con tres victorias, dos empates y cinco derrotas. Aquella temporada el Levante acabó en novena posición y no pudo consumar su ascenso. A la salida de Johan rumbo al Ajax, el club “granota” descendió dos categorías por incumplimiento de pagos.
El legado de Cruyff será eterno
Sin lugar a dudas, Johan Cruyff marcó este deporte para bien. El legado que dejó, no solo en el Barcelona, sino en el fútbol mundial, es algo impresionante. En lo personal, a todo futbolero le encanta su filosofía y es un modelo a seguir, pues se atrevió a retar al sistema y proponer nuevas y mejores maneras de jugar fútbol.
Su paso por el Levante fue muy malo, quizás es la única mancha en su carrera, pues le quedó a deber mucho a la afición y se dejó llevar por la autocomplacencia, pues sin duda él creía estar a un nivel superior al de sus compañeros. Pero esta es una gran lección, pues nos podemos dar cuenta que todos los ser humanos, estamos predispuesto a cometer errores, y aún así salir adelante, para construir nuestro propio camino.
Aunque seguramente, a Cruyff no le salió tan mal la jugada, pues con lo que cobró en el Levante, financió sus granjas. Y el Levante puede presumir, al día de hoy, que un histórico como Johan vistió sus colores.