Una papeleta la que le ha tocado lidiar al actual técnico del Valencia, un equipo que no ha sido confeccionado por él, en una situación poco idílica
Celades llegó a la ciudad del Turia en una situación muy prematura. Sus primeros días fueron complicados, pues el ambiente estaba crispado y un sector de la afición del Valencia la pagaba con él. La directiva de Mestalla acababa de echar del banquillo valencianista a Marcelino García Toral, hombre que había vuelto a ganar un título con el Valencia desde hace más de 10 años.
Durante todo el verano anterior se trabajó para confeccionar una plantilla, hecha a medida, para Marcelino. Por ello, con la llegada de Celades, un entrenador con un sistema de juego muy diferente al de Marcelino. De hecho, en los últimos días del mercado, llegó Correia, que trastocaba los planes aún más.
El técnico catalán intentó mantener un sistema continuista por lo propuesto por Marcelino, pues los jugadores estaban especializados en ese estilo. No obstante, ante la incomodidad que Celades notaba al jugar así, comenzó a incluir pinceladas de su estilo de juego. Y, poco a poco, fue cambiando la imagen de inicio del Valencia.
Uno de los apartados en los que más aportó Celades es en el balón parado. El conjunto de la ciudad de Valencia, nunca había sido un gran equipo en cuanto a la estrategia de balón parado. En cambio, con Celades esto comenzó a cambiar. De hecho, una buena muestra de ello, fue la victoria del Valencia en Stamford Bridge, con un gol de Rodrigo tras una gran jugada ensayada en una falta casi desde el centro del campo.
Bien es cierto, que al principio le costaba mostrar su carácter, al menos delante de la prensa, pero, como se pudo ver tras el derbi valenciano, Celades sabe como jugar sus cartas. Declaró que durante el parón habían hablado con Diakhaby para corregir errores. Y, por ello, tras el penalti cometido por el defensor, se mostró crítico con él, pues había costado muchos puntos al Valencia.
De hecho, Celades merece una oportunidad a los mandos del Valencia Club de Fútbol. Dejémosle una campaña, con una plantilla confeccionada por él, para que podamos ver todo su potencial en los banquillos. Ideas y mimbres tiene, lo ha demostrado de sobra. El problema reside cuando el equipo y plantilla no la has confeccionado tu, sino que heredas un proyecto de otro entrenador.