Zinedine Zidane llegó ante el Eibar a los 200 partidos al frente del banquillo del primer equipo madridista
La victoria ante el Eibar no sólo sumó 3 puntos al casillero blanco en la pelea por La Liga, si no que significó una victoria más para la aplastante estadística a favor de Zinedine Zidane. Y no sólo eso, sino que el francés completó 200 partidos al frente del equipo, divididos en dos épocas.
Llegada y renombre
Zidane llegó a la Casa Blanca el 4 de enero de 2016 con la misión -no podemos decir difícil- de arreglar el estropicio de Benítez en el medio año que llevaba en el cargo. El español dejó colgando a una plantilla con varias de sus estrellas en mal estado de forma y anímico, hasta tal punto de tener descontentas a personalidades como la de Cristiano o Ramos, los dos pesos pesados de la plantilla. Fue entrar a Valdebebas el primer día, y el ‘efecto Zizou’ se activó. La ilusión por saltar al campo era otra. Claro, imaginen que uno de los mejores jugadores de la historia les elige para saltar al Bernabéu portando la camiseta del Real Madrid. La motivación es otra. Esa fue, es y será siempre la mejor baza de Zidane; su personalidad.
En esta situación de éxtasis con nuevo entrenador, el Real Madrid le dio la vuelta a la tortilla, y tras haber perdido por 0-4 en casa ante el Barcelona bajo las órdenes de Benítez, Zidane los condujo a un contundente -y engañoso- 1-2 en el Camp Nou. Aquel año ganaron la Champions League. Fue una temporada en la que el nivel de los grandes europeos no fue para nada el mismo al de otros años, y quizás fue ese el golpe de suerte que necesitó el grupo para levantar la 11º ‘Orejona’. Zidane ya se consagró en el club como el primero en lograr una Champions en apenas 5 meses.
El mejor año y fin de un ciclo
En la 16-17 Zidane y sus chicos completaron la mejor temporada de la era. Liga y Champions, con una oposición nula. El técnico galo destacó por su capacidad de salvar resultados, de rentabilizar goles. Con una gran defensa y un porterazo como lo fue Keylor Navas, el Real Madrid perdió 7 partidos en 18 meses… entre todas las competiciones. Es decir, entre Supercopas, Ligas, Champions y Copas, el equipo sólo perdió 7 partidos. Abruma solo de pensarlo.
La siguiente temporada no fue en absoluto sobresaliente. En Liga y Copa perdieron sus créditos muy rápido, y la Champions llevaba el mismo camino. Sin embargo, algo tiene este Real Madrid de Zidane, que en las grandes noches es cuando realmente se vuelve peligroso. Su Real Madrid saca pecho donde otros no se atreven a entrar, gracias a esas charlas motivadoras de vestuario tan típicas suyas. Así fue como superaron a PSG, Juventus, Bayern y Liverpool ronda por ronda, hasta verse de nuevo en el podio de Kiev. Se libraron de cuatro favoritos a ganar el torneo para hacerse así con su tercera Champions consecutiva. Tres trofeos en dos años y medio. Pero Zinedine sintió que hacía falta un cambio, que el ciclo terminó, y al final de la campaña anunció su marcha.
Vuelta a la oficina
No duró ni un año el sabatismo del francés. Asumió nuevamente el cargo sustituyendo a su amigo Santiago Solari, que a su vez sustituía a Julen Lopetegui. El baile de entrenadores de la temporada 18-19 fue algo confuso para los jugadores que terminaron el año desquiciados.
El madridismo vive ahora plácido en los brazos de Zidane, habiendo completado una temporada hasta el momento aceptable y sentando las bases del nuevo Madrid. El futuro pasa por los jóvenes que atesora el club en su plantilla y las de sus rivales en los que tiene alguna perla cedida. El talento de esos chicos combinado con el carisma y confianza que transmite el galo puede deparar al club un futuro lleno de esperanza. Felices 200 Zizou… y que sean muchos más.
