Un punto que supo a poco: Este sería el resumen del partido entre el Villarreal y el Sevilla del pasado lunes en el Estadio de La Cerámica que acabó en tablas (2-2)
Duelo muy parejo entre dos equipos que quieren acabar en competición europea la próxima temporada. El Sevilla desea acabar en puestos ‘champions’ y va por buen camino. El conjunto hispalense se sitúa en la cuarta posición con 53 puntos justo por detrás del Atlético de Madrid.
El Villarreal ‘está metido en el ajo’ y ostenta la sexta plaza a falta de que juegue el Valencia y la Real Sociedad. Si estos dos equipos ganaran sus respectivos partidos, el Villarreal volvería al octavo puesto. Los de Calleja tienen 48 puntos , a uno del Getafe, 5º clasificado.
Viendo el partido, observamos que el Villarreal ha mejorado en el aspecto defensivo y se refleja en los goles encajados. 2 en 4 partidos disputados tras el parón. Ese era uno de los puntos débiles del submarino a principio de temporada. Concedía muchas ocasiones y recibía una gran cantidad de goles.
En estos cuatro partidos, el equipo ha sabido sufrir y Pau, Albiol e Iborra se han hecho imperiales haciendo un sobreesfuerzo para cortar jugadas de ataque muy peligrosas. Buena prueba de ello es cómo terminan los encuentros la zaga amarilla y los centro campistas. Sin un ápice de aliento, exhaustos, agotados. También, debido a la altísima temperatura que había en Vila-real en pleno mes de junio. El Villarreal sigue en la pelea por Europa
Un grupo muy compacto
Le ha sentado de maravilla este parón debido al COVID-19. 10 de 12 sin practicar un fútbol brillante, pero sin perderle en ningún momento la cara a los partidos y siendo muy efectivo. Más importancia a la parte que «no se ve», al esfuerzo, al compromiso y a la defensa que al ‘jogo bonito’.
Pau está rompiendo el techo de cristal, uno de los mejores centrales de LaLiga con solo 23 años sin lugar a dudas. Golazo y contundente en defensa; siempre buscando la mejor opción y saliendo con el balón jugado, sin rifarla.
Si además de eso, vemos que su pareja es Raúl Albiol tenemos dos centrales espectaculares. Uno que te aporta liderazgo, veteranía y que se encarga del ‘juego sucio’ con 34 años y Pau le da fútbol a su equipo con buenos desplazamientos, velocidad, buena técnica. Gran dupla.
Iborra se ha convertido en un pilar fundamental en el equipo amarillo a pesar de recibir muchas críticas debido al estado de forma que tuvo alrededor del mes de febero. Indispensable. Cuando no está el de Moncada, el equipo sufre muchísimo en la medular y Anguissa tiene que retrasar su posición. El camerunés puede cubrir esa zona, pero no de la misma manera que el español.
Vicente Iborra da salida al equipo, desatasca el juego con pases entre líneas y sobre todo es de gran ayuda para los centrales cuando recupera balones. Un futbolista muy inteligente que de vez en cuando se suma al ataque para presionar la salida de balón del rival.
Anguissa y su gran nivel
Anguissa, un caso similar, un futbolista que siempre sabe lo que tiene que hacer. Tácticamente, exquisito. En el partido frente al Sevilla, si Alberto Moreno subía, instintivamente el camerunés iba a cubrir la banda y se ofrecía como opción de pase. En la jugada del gol de Alcácer, se da cuenta de que hay un hueco entre Sergi Gómez y Koundé y ataca ese espacio. Gerard ve su entrada al área y centra el balón.
¿Qué provoca el remate de Anguissa? El remate de cabeza del africano ocasiona que los centrales se percaten (tarde) de su incursión en el área aunque el centro campista remató prácticamente sin oposición. Debido a esto, Anguissa ‘arrastró’ a los centrales dejando a Paco Alcácer sin marca para marcar en el rechace. Movimiento muy bueno del delantero provocado por la buena acción de Zambo.
En ocasiones, el africano es prácticamente un media punta. Se descuelga con gran facilidad y es un efectivo más en zona de ataque. Aporta mucho en la zona ofensiva. Se mueve por dentro cuando Cazorla y Gerard hacen daño por fuera. Van intercalando las posiciones para causar desbarajustes en el rival.
En la primera parte, el Villarreal no dominó la pelota, pero cuando la tenía, generaba mucho peligro con transiciones muy rápidas de la mano de Iborra. El de Moncada jugaba con Cazorla, y el asturiano lo hacía con Chukwueze o con Gerard. El delantero catalán no tenía una posición fija. Lo mismo se situaba por detrás de Alcácer, que en banda junto a Samu que de referencia arriba con el delantero de Torrent. Eso ofrecía muchas más posibilidades.
El equipo castellonense encontró por el aire lo que no había encontrado durante toda la temporada. Tuvo varias ocasiones gracias a remates de cabeza por saques de esquina (el gol de Pau Torres) o centros cuando el balón estaba en juego (tanto de Paco Alcácer).
Robo y pases a una gran velocidad. Forma muy efectiva, pero un poco extraño ya que el Villarreal tiene jugadores en la medular para darle pausa y tranquilidad al duelo. El partido era lo que requería. Muchas veces, en 4 o 5 toques se plantaban en las inmediaciones del área sevillista.
¿Cómo fue el partido?
Los primeros 45 minutos fueron muy igualados. Pocas ocasiones claras aunque el Sevilla tenía más la pelota. En la segunda, el submarino empezó a acusar el cansancio y los pupilos de Lopetegui se crecieron. Los hispalenses estaban con mucha más energía y a los amarillos no les duraba nada la pelota.
Así llegaría el golazo de Munir. Disparo imparable. Mario, gran culpable en los dos goles sin poner en problemas tanto a Escudero como a Munir. El lateral dejó que chutasen y los disparos acabaron en gol. Dos acciones muy mal defendidas y mucha pasividad por parte del lateral de Novelda. Hay un momento en el que hay que dejar de recular.
Asenjo salvó a su equipo hasta en tres ocasiones con paradas estratosféricas. Reflejos de auténtico felino a remates muy cercanos a la portería. Una vez más, salvador. Al submarino solo le quedaba esperar alguna contra o bajar las revoluciones del duelo, pero eso iba a ser muy complejo por la simple cuestión de que el Sevilla se los ‘estaba comiendo’ y era dueño y señor del esférico.
Vuelve Bruno
La mejor noticia fue la vuelta del capitán, Bruno Soriano. Después de 1128 días sin jugar un partido, el 21′ volvía a pisar el césped de La Cerámica para disputar los últimos minutos.
Un calvario, un camino lleno de baches, una auténtica agonía para Bruno que ha visto como después de tanto sufrimiento, ha podido volver a calzarse las botas.
Lo mejor para el submarino fue la vuelta de su jugador franquicia y el punto, que aunque deje un sabor agridulce, hay que darle importancia y más cuando era frente al Sevilla. Partido de mucho oficio y de esfuerzo incalculable. El Villarreal sigue en la pelea
Próximo domingo: Estadio de La Cerámica frente al Valencia. Solo vale ganar.
Antonio 24 Jun 2020
Buen analisi👏👏👏