Vanesa Gimbert, la futbolista más veterana de la Liga Iberdrola, continuará defendiendo los colores del Athletic Club, al menos, por un año más, a sus 40 años de edad
La jugadora rojiblanca hizo balance de la actualidad del fútbol femenino y de su futuro inmediato en la entrevista ofrecida a El Correo el pasado lunes.
Para empezar, habló de su situación en el equipo. La centrocampista se ha visto relegada en varias ocasiones al banquillo luego de dos temporadas en las que no se perdió ni un solo partido. El no entrar en los planes de Ángel Villacampa le hizo replantearse su futuro durante la cuarentena, en mitad de su cuadragésimo aniversario de vida. No obstante, su amor por la pelota y su fuerza la empujaron a seguir luchando por el club bilbaíno. Hace pocos días se conoció que renovaría hasta junio del 2021, afianzando su deseo de retirarse en el equipo bilbaíno.
Antes de que este día llegue, la actual “abuela” de la Liga Iberdrola ansía ver crecer el fútbol femenino. Después del histórico convenio aprobado, el próximo paso que queda pendiente sería el de la profesionalización de la categoría, con el fin de equipararse cada vez más al masculino. Aunque ella no llegue a disfrutarlo, la futbolista espera que este proyecto se apruebe lo antes posible, por el bien de aquellas que quedarán tras su adiós.
Hasta entonces, continuará trabajando como el primer día para ayudar en la media de lo posible a sus compañeras. Sin embargo, según ha admitido la propia Gimbert, la vuelta al entrenamiento no está resultando nada fácil. La imposibilidad de poder llevar a cabo el campeonato liguero, el no poder acercarse a sus compañeras durante los primeros días y el trabajar sin un partido a la vista está resultando de lo más extraño en el vestuario. Por otra parte, tanto ella como sus compañeras seguirán trabajando duro para llegar en la mejor forma posible a la nueva temporada. Además, las semifinales coperas que quedaron pendientes de disputar han sido aplazadas al nuevo curso. Por lo tanto, la posibilidad de engrosar su palmares aún sigue en pie.
Nacida en Bergara (Guipúzcoa) el 19 de abril de 1980 y trasladada desde muy joven a Córdoba, Vanesa tuvo que esperar hasta los catorce años para poder practicar su pasión de la mano de un equipo. Específicamente, el Motilla FC. A los 19 años volvió a trasladarse, esta vez a Valencia, para pasar a formar parte del Levante UD. Allí vivió su época más galardonada, consagrándose dos veces campeona de Liga, 3 de Copa y 2 Supercopa de España, además de debutar en Champions. Antes de llegar al club de Orriols, la de Bergara debutó con la selección absoluta a los 17 años. Tras abandonar el equipo granota en 2003 y pasar una temporada en el Sporting de Huelva, aterrizó en el Sevilla FC.
Su periplo como sevillista duró tres años, mismo tiempo que estuvo a partir de 2007 en el Rayo Vallecano. Su consagración en la élite llegó de la mano del club madrileño. Se convertía en una de las jugadoras más importantes del campeonato, destacando por su jerarquía en el círculo central. Es por ello por lo que en 2010 el Espanyol, con quien ganó una Copa de la Reina en la etapa más gloriosa del club. Sin embargo, el fin de ciclo perico y las dificultades económicas la llevaron al Athletic Club. Una vez asentada en Lezama, ha sido y es ejemplo de profesionalismo y de esfuerzo una vez atravesada la barrera de los treinta años. Además, consiguió sumar una nueva Liga a su currículum luego del éxito de las leonas en la temporada 2015/2016.
Con 40 años recién cumplidos y el fantasma de la retirada cada vez más próximo, la guipuzcoana continúa con la ambición de continuar ayudando a su equipo. Asimismo, la posibilidad de redondear una trayectoria de ensueño con una nueva Copa hace que la veterana se niegue a arrojar la toalla aún.
