El centrocampista argentino llegó a Heliopolis en el mercado invernal como una apuesta para reforzar la sala de máquinas bética
El pivote de 26 años llegó al Real Betis después de jugar durante tres temporadas en el América mexicano. Sus números allí fueron de los mas altos en su carrera deportiva. Jugó 130 partidos, marcó 13 goles y dio 2 asistencias. Sin duda alguna, era un jugador importante en la plantilla del club mexicano.
Su llegada a España era de las mas ilusionante para los aficionados. Veían que la plantilla iba creciendo de grandes jugadores, a pesar de que los resultados de club no eran los que se esperaban tras tener a una de las mejores plantillas de toda la historia del equipo de las trece barras. Debutó en liga en la jornada 20 frente a la Real Sociedad en el Benito Villamarín. El encuentro terminaría con victoria bética por 3-0.
Desde que está a la disposición del cuerpo tecnico del Real Betis tan solo se ha perdido 3 partidos. Getafe, Valencia y Granada han sido los encuentros en los que el argentino ha disputado ni un solo minuto.
El argentino ha destacado en el Betis post-coronavirus tras su gran mejora. Según Alexis Trujillo el pivote ha mejorado su juego pases y su forma de sacar el balón desde atrás sin presión alguna. Pero a pesar de su mejora, como señaló el actual entrenador en la rueda de prensa frente al RCD Espanyol. El jugador ha sido criticado al igual que el resto de jugadores y directiva tras los malos resultados en esta recta final de LaLiga.
Guido fue clave en el segundo gol del Villarreal tras perder el esférico en el centro del campo. El conjunto valenciano montó un contragolpe que finalizó Gerard Moreno con un recorte a Sidnei y un tiro inesperado para Joel Robles.
Al finalizar el partido, los aficionados béticos que estaban por los alrededores del Benito Villamarín fueron a increpar a los jugadores cuando salían del estadio de forma individual en sus coches.
Un aficionado bético declaró estas palabras para el argentino: “Vete ya para Argentina que es lo que tienes que hacer, mi alma. No vales ni para comer pipas. No pierdas balones. Me das tu camiseta y juego mejor que tú, ¿no te da vergüenza?”