Robin Le Normand ha experimentado un gran ascenso en cuanto a su figura en el club donostiarra, hasta el punto de ser indiscutible para la afición y el entrenador
Entre el nubarrón defensivo que tiene montado la Real Sociedad solo ha habido una rayo de luz que ha salvado la papeleta: Robin Le Normand. Esta campaña 2019/20 se produjo su ascenso definitivo al primer equipo donostiarra, y con 27 partidos disputados se ha convertido en titularísimo.
El joven defensa central -tiene apenas 23 años- ha disputado un total de 34 encuentros esta temporada, 27 de ellos en Liga, y ha convencido de sobra al entrenador y directiva de que en él se encuentra buena parte del futuro txuri-urdin. Ha sido tal su rendimiento que los altos cargos de Anoeta han decidido extender su contrato hasta el año 2024, con su correspondiente mejora salarial.
Robin llegó a la entidad vasca en 2016, cuando expiró su compromiso con el Stade Brestois, equipo con el que debutó profesionalmente en abril de ese mismo año. El ojeador txuri-urdin enviado a Francia vio algo en él, y el tiempo ha acabado por darle la razón. Cuando se incorporó a la disciplina del club -en la Real Sociedad B- sus primeros pasos no fueron del todo sencillos, ya que el cambio de juego fue bastante radical. Sin embargo, con el tiempo captó la idea de la Real de cara a futuro, y poco a poco fue escalando peldaños hasta lo que es hoy por hoy.
La gota que sostuvo el vaso
Le Normand ha sido, sin duda alguna, lo más potable de la Real este año en defensa, junto con Nacho Monreal. En contraposición con una línea de ataque y mediocampo sólidas, creativas y con gol, la zaga no ha estado a la altura. El sacrificio constante de Zaldúa no ha tapado del todo sus carencias, y la decepcionante temporada de un jugador llamado a ser el líder como es Diego Llorente dejaron un gran agujero en el primer cuarto de campo. Las lesiones han lastrado a Diego toda la temporada, algo que ha beneficiado a Robin.
Ante la falta de liderazgo de Llorente, el francés dio un paso adelante, y junto a Aritz Elustondo ha protagonizado una defensa más fiable que la que formaba Diego. A pesar de que falta un claro líder, Le Normand ha sido la bandera del equipo para salir desde atrás. Una buena salida de balón -hasta el momento registra un 88% de acierto en sus pases-, un gran juego aéreo y su corpulencia -1’87 metros de altura y 80 kilos- hacen de Le Normand un central contundente pero elegante.
Lejos de ponerle aún por las nubes, el nativo de Pabu deberá seguir demostrando que debe ser el elegido para guiar al grupo en las próximas campañas. Desde luego, su temporada no ha sido para menos, la Real Sociedad tiene una muralla que construir a su alrededor. Le Normand se ha ganado su propia jerarquía.
