Pese haber pasado semanas muy duras, la Real no ha dejado de ser un equipo unido
Tras la derrota del pasado viernes ante el Granada, muchos dábamos la temporada por perdida. De hecho, alguno ya había apagado el televisor sin intención de volver a encenderlo. No nos podíamos creer que tras tener tan cerca una clasificación a la Champions League hace apenas unas semanas, nos encontrábamos rozando el décimo puesto con un equipo que se hundía sobre su propio peso. La victoria ante el Espanyol no fue más que un mero espejismo. Pero 3 días después, como si nada hubiera pasado, volvíamos a estar delante de la caja viendo a la Real de nuevo. Hipnotizados por nuestro ilusionista favorito.
As en la manga
La capacidad de ilusionar que tiene este equipo es sólo equiparable a la de un hechicero. Somos como el niño que pretende ser mago, que sueña con la magia hasta el punto de creérsela, pero que se frustra cuando le descubren el truco. Pero la Real es un mago de los buenos, y nos ha demostrado que hasta sin aparentes trucos, siempre tiene un as en la manga. La unión del equipo nos ha mantenido a flote en plena tempestad. Hasta en los peores momentos han sido una auténtica piña, han sufrido cada golpe y lo han dado todo por revertir esta situación. Ver a un cedido como Odegaard, medio lesionado, dejarse la piel en el campo para acabar totalmente destrozado, o a Remiro celebrar cada parada de Moyá, hasta ahora suplente y que le ha quitado el puesto en las últimas semanas, solo puede hacernos ver que a este mago le ha faltado una pizca de suerte para que los trucos saliesen.
El truco final
Sevilla y Atlético nos separan en estas últimas 2 jornadas de nuestro pasaporte europeo. Los 2 equipos que mejor han jugado en este fútbol post-confinamiento, pero que llegan con los objetivos cumplidos y sin jugarse nada. El equipo empieza a estar agotado, pero la mejor noticia de las últimas semanas es saber que tenemos fondo de armario en Zubieta. Zubimendi, Nais, Barrenetxea o Roberto López han demostrado que pueden aportar cuando se les necesita. Y este mago va a necesitar de todos su ayudantes para completar el truco final. De lo que estamos seguros, pase lo que pase, es que este mago nos tendrá hipnotizados como siempre mirando al televisor el próximo partido. Este ilusionista al que muchos dábamos por muerto aún le queda magia suficiente para un último truco. La función tiene que terminar por todo lo alto. Haznos otro truco, Real.
