Romelu Lukaku se ha reencontrado con su verdadero ser en Milán, y ha dejado en claro que el problema está en Manchester
A Lukaku le han llovido muchos palos. Muchísimos. Su terrible paso por Manchester lo situó en el ojo del huracán mediático. Llegó a Old Trafford como estrella, con el cartel de delantero referencia para presente y futuro, y las expectativas no se cumplieron en absoluto. Con los diablos rojos completó más de treinta partidos de liga por temporada en las dos campañas que permaneció en su disciplina, y aunque superó la decena de goles siempre se le achacó la poca resolutividad que mostraba.
No solo era por sensaciones, sino por números. Con el Manchester United la máxima cota que alcanzó fue la de 16 goles en 34 encuentros, mientras que con el Everton -su anterior club- llegó a anotar 27 goles en 37 choques apenas la temporada anterior. Sus registros iban en aumento con los ‘toffees’, pero en Manchester se estancó en cierta manera.
Ahora vive un presente más que dulce en Italia. Se movió por 74 millones de euros, rentabilizados al 100% por el conjunto italiano. El Inter de Milan ha gozado de un delantero muy potente, de un ‘9’ que ha sabido complementarse a las mil maravillas con Lautaro y Alexis, ex compañero en Inglaterra. Precisamente este perfil de ‘delantero tanque’ ha sido el que ha recordado a lo que fue en Merseyside.
Por el momento registra 47 partidos con el cuadro nerazzurri, en los que ha perforado la red en 29 ocasiones y ha repartido 5 pases de gol. 34 participaciones de gol en 47 encuentros. No hace falta ser un experto para saber que su rendimiento ha sido uno de los mejores del año en toda Europa, probablemente el mejor en su club.
Cuestión de gestión
Con todos estos números ha quedado clara la siguiente cuestión: el problema ha sido el club, y no el jugador. Como ya pasó con Alexis Sánchez este mismo año, Lukaku ha demostrado que el Manchester United no es el sitio ideal para crecer o brillar actualmente. A priori parecía que el entorno le venía como anillo al dedo al belga, ya que se juntó con su buen amigo Paul Pogba y un ilustre técnico como José Mourinho. Sin embargo, ninguno ha sido clave para devolver a la cima a los diablos.
Podríamos estar hablando de un renacido Lukaku, quien logró escapar de la crítica inglesa para entrar en el olimpo italiano. En su primera temporada en la Serie A ha batido récords y se ha consolidado como uno de los mejores delanteros centro del mundo, condición que sus increíbles números con la selección belga también avalan. Los 52 tantos en los 84 encuentros en los que ha participado con la selección de Bélgica lo convierten en su máximo goleador histórico con apenas 27 años. Toda una leyenda belga, un ariete más que magnífico.