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Menos vacas sagradas y más cantera

Tras tocar fondo en el 2-8 contra el Bayern, el Barcelona se enfrenta ahora a una etapa de reconstrucción.

En las últimas horas las críticas al Barça no han cesado. Se pide la dimisión del presidente Bartomeu, la destitución de Setién, la venta de jugadores… Creo que la gente olvida que el problema ahora mismo no es de una sola persona sino estructural. Es un problema de fondo que no se soluciona cambiando de personas, se soluciona cambiando la mentalidad y la filosofía que ha adoptado el club en la última década. Y esto es muy complicado de cambiar. Es por esto, posiblemente, que se ha evitado abordar este tema durante los últimos años, pero ya es hora de tomar cartas en el asunto. 

Las vacas sagradas del Barcelona

“Vacas sagradas”. Creo que define perfectamente el rol que tienen ahora mismo jugadores como Luis Suárez o Sergio Busquets. Jugadores que claramente tienen una relevancia histórica para el club blaugrana, pero que deben saber echarse a un lado cuando les llega su hora. Y lo peor no es que no se echen a un lado, si no que además tienen el respaldo del cuerpo técnico y la directiva.  Pero no nos quedemos en los superficial, hagamos un análisis táctico de como están afectando al desarrollo de jugadores jóvenes y no tan jóvenes. 

Suárez, un artillero con la pólvora mojada

El uruguayo atraviesa seguramente su peor temporada en toda su carrera profesional en el Barcelona. Más allá de los guarismos, que tampoco son espectaculares, su aportación casi ha sido más destructiva que positiva. Fuera de lugar y con una inseguridad de cara a puerta impropia de él. Mientras tanto, Ansu Fati viene pisando fuerte por detrás, y Griezmann se ha visto desplazado de su posición natural. 

¿El resultado final? El francés jugando en banda y restando minutos a Ansu. En resumen, un frenazo en la progresión de la joya de la cantera blaugrana y un bajón de rendimiento del galo. Esto último debido, seguramente, al desplazamiento sufrido. Todo para mantener en la punta del ataque al charrúa. 

Este problema se agravará incluso aún más con la recuperación de Ousmane Dembélé, demasiados jugadores para tan pocos puestos. Más concretamente para 1, si consideramos a Suaréz intocable, como vienen haciendo los últimos técnicos blaugranas. Un puesto para Ansu, Griezmann, Dembélé, Braithwaite e incluso para jugadores del filial, como Monchu, que ya empiezan a tocar a la puerta. Imposible progresar. La única solución parece que Suárez adopte un rol de veterano, ayudando a mejorar a los jóvenes y no frenándolos. Sin importar tanto los minutos. Y así que Griezmann se pueda mover al frente y Ansu o Dembélé tengan, por fin, protagonismo. Pero para esto, eso si, hace falta un entrenador con personalidad.

Sergio Busquets y la importancia de ejercer como un capitán

No hay duda de la relevancia de Busquets en la historia del club y de la selección, pero los años empiezan a hacer mella. El principal perjudicado por la presencia de Busquets en el 11 es, sin ninguna duda, Frenkie de Jong. Y no es que no juegue, si no que no lo hace donde debería. El holandés estaba acostumbrado a recibir el balón de cara a portería y con mucho campo por delante en el Ajax. Su rol se ha visto invertido por la presencia del pivote español. Recibe de espaldas y sin espacio para crear jugadas. Y esto el Barcelona lo nota.

Claro ejemplo de esto han sido los dos partidos de UCL. La cara y la cruz para Frenkie de Jong. Contra el Nápoles, sin la presencia de Busquets, jugó liberado, recibiendo atrás y inciando él mismo las jugadas. Un auténtico recital que se reflejó en el resultado (3-1). Sin embargo, contra el Bayern tuvo que volver a su rol habitual en el Barcelona, acompañando a Busquets, jugando siempre por delante de él. El resultado (2-8) habla por sí solo en esta ocasión.

Tanto Busquets como el técnico que supla a Setién deben entender que Frenkie y Sergio no tendrían que coexistir en el campo la mayoría de sus minutos. De Jong es el sustituto natural y perfecto para la posición de pivote creador y el español debería ayudarle a asentarse como tal. Qué mejor mentor para el holandés que el mejor mediocentro defensivo de la década. La transición de Busquets hacía un rol secundario en el juego, pero primordial en el vestuario, es necesaria y casi obligatoria. Seguir los pasos de las últimas temporadas de jugadores como Xavi o Puyol, sería lo ideal. Busquets tiene que actuar como el capitán que es. 

Futuras vacas sagradas 

Dejando aparte los dos casos más flagrantes comentados anteriormente, hay jugadores que van camino de convertirse en más de lo mismo. Gerard Piqué, Jordi Alba o incluso el mismísimo Messi son los que tienen más papeletas. Aquí hace falta hacer un apunte: puede que, cuando les llegue la hora, se echen a un lado y cumplan otro rol, pero para esto la filosofía del club deberá cambiar. De hecho en las declaraciones post partido, Piqué fue el primero en ofrecerse para este cambio, y esto le honra. 

Una cantera abandonada y desaprovechada

Lo que está claro es que esta situación se va a seguir prolongando en el tiempo si no se le pone remedio. El Barça tiene un serio problema de edad en su plantilla. Sin ir más lejos, la media de edad del 11 de ayer es de casi 30 años, y eso que jugaron De Jong (23) y Lenglet (25). Todo el mundo tiene claro que la reconstrucción es necesaria. Pero, ¿realmente el Barcelona puede cimentar esta renovación en la cantera que tan descuidada ha dejado?

Lejos quedan los tiempos donde salían perlas de la masía como Messi, Busquets, Piqué. En la última década la filosofía del club ha sido fichar a jóvenes promesas y no formarlas ellos mismos, como sí hacían en el pasado. Siguiendo estas directrices llegaron jugadores como Dembélé, Neymar, Junior Firpo, Umtiti, Lenglet o Arthur. Sin embargo, la tendencia más peligrosa empezó con el fichaje de Suárez. El Barcelona empezó a fichar estrellas ya formadas, incluyéndose también en la lista los bochornosos fichajes de Coutinho o de Griezmann. 

Pero, sin lugar a dudas, los peores fichajes se dieron durante estos últimos años. Fichajes como el de Vidal, Braithwaite o Pjanic. Jugadores que tan solo sirven para ganar fondo de armario, con poca carrera por delante y que son comprados a precio de oro. Estos son los que más daño han hecho a los jóvenes. Han impedido que los chavales de la cantera sean los encargados de suplir las bajas de los titulares y de actuar como reservas. 

Todo esto por supuesto se ha traducido en una cantera descuidada. Una cantera en la que ya no se invierte, ni de lejos, lo que se hacía en el pasado. De forma sorprendente, aún así ha dado algún que otro fruto, que la dirección deportiva se ha encargado de regalar a otros clubes.

Adama, Thiago y como regalar a las joyas de tu cantera

El caso mas sonrojante es el de estos dos jugadores. Se fueron a precio de saldo, por que no tenían hueco alguno en el primer equipo, y ahora está, triunfando en sus respectivos clubes. De hecho, Thiago fue ayer, el director de una orquesta que, con aire fúnebre, destrozó sin piedad al Barcelona. Que cruel revés de la vida, aquel al que despreciaste hace unos años, ha sido el mismo que ha condenado a tu club a una más que obligatoria reforma. Reforma de la que, por cierto, se habrían podido librar si en el timón del barco estuviera Thiago, junto a Adama y a demás jóvenes de la cantera que se vieron obligados a irse. 

Por supuesto que el capitán y líder seguiría siendo Messi, junto a Piqué. Pero ¿alguien duda de que Adama haría mejor papel que Suárez a dia de hoy? ¿O de que Thiago sería ideal para acompañar a de Jong? Esperemos que la dirección deportiva aprenda, y no cometa el mismo error con Ansu Fati, Riqui Puig, Monchu y un largo etcétera de jóvenes de la cantera.

La verdadera solución

Y con todo esto explicado, ya podemos entender la verdadera solución a este problema. Nada va a cambiar con un nuevo presidente o un nuevo entrenador si no se cambia la filosofía de trabajo del club. De nada va a servir traspasar a Busquets y a Suárez si dentro de dos años vas a tener el mismo problema con Piqué o Jordi Alba. Es necesaria una reestructuración a todos los niveles. Por poner un ejemplo, en el Atlético la reestructuración vino de la mano de un entrenador, Simeone. En clubs como el Manchester City, la recuperación vino de la mano de un nuevo dueño. Es importante recalcar esto, la solución no está en las personas, si no en las ideas.

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