La Copa de Francia es una de las pocas competiciones que abarca casi lo mismo que un Mundial
Francia posee una de las copas nacionales más curiosas de todo el panorama internacional. Y aunque no es la más seguida ni la que tiene más publicidad, su encanto lo enmascara todo. Pues se la puede comparar con el Mundial, hablando de los continentes que abarca. La Copa del Mundo, antes conocida como Jules Rimet, acoge a los cinco continentes. Mientras, la Copa Francesa acoge cuatro continentes. Poca broma.
Todo esto se debe al pasado colonial de Francia. En la antigüedad, el imperio francés se extendió por ultramar, llegando a muchos rincones inhóspitos del mundo. En nuestro tiempo, la Federación francesa quiso rendir una especie de homenaje a ese pasado de ultramar, dejando competir a todos aquellos campeones de las colonias, las cuales dependan todavía de Francia.
De este modo, es normal ver a clubes realmente exóticos, los cuales provienen de todo tipo de países. Así pues, encontramos a equipos de Guyana Francesa, Guadalupe, San Martín, San Pedro y Miquelón, Reunión, Nueva Caledonia o Wallis, entre algunos otros. Ahora espero que me creas cuando dije que se la podía comparar con el Mundial.
Todos esos países tienen el derecho de jugar la Copa francesa, aunque sólo el vencedor de la liga tiene el billete para disputarla. Es por ello, que en algunas ocasiones han llegado a enfrentarse a clubes de la Ligue 1. Por lo general, su nivel es bastante bajo, a comparación de los demás clubes franceses, pero sigue siendo una gran oportunidad para crecer deportivamente y darse a conocer.
Hasta este año, el club de ultramar que más lejos había conseguido llegar en esta competición fue el Geldar Kourou de Guyana Francesa, que logró clasificar hasta los dieciseisavos en la temporada 1989-1990. En esas instancias, se tuvo que medir frente al Nantes, un club realmente duro para un equipo como el Geldar. El Nantes no dio lugar a la sorpresa, y el global terminó siendo de un 11-0 para el conjunto francés. Esta temporada, lo consiguió el JS Saint-Pierroise tras vencer al Niort por 2-1.
Como habéis podido ver, los niveles son muy injustos y desnivelados. Los equipos de ultramar lo tienen muy difícil para clasificar, y es muy probable que esto nunca cambie. Sin embargo, como dije con anterioridad, esta es una buena experiencia para esos clubes, ya que les permite ir mejorando poco a poco.
Además, esa diferencia tan marcada de nivel no parece ser un problema para la Federación, la cual sigue defendiendo este modelo de torneo. Incluso en muchas ocasiones, la propia Federación francesa es la que cubre muchos gastos en los viajes de los equipos, tanto si van a ultramar como si llegan a Francia. Puede parecer una mera curiosidad, pero es increíble que equipos tan modestos sigan formando parte de esta competición, pues a la Federación no parece importarle que esos clubes no le den un toque más competitivo al trofeo.
El mundo es un lugar muy grande, lleno de curiosidades, y existen ocasiones en las que no hay que irse muy lejos para descubrir algo nuevo. Francia ha demostrado con su copa nacional, que no sólo apuesta por los clubes humildes, sino que también rinde homenaje a su pasado e historia. La Copa de Francia es un torneo que más de uno debería conocer, y ojalá dentro de poco podamos contaros la historia de un equipo de ultramar que superó los dieciseisavos.