La era Cristiano – Messi está viviendo sus últimos años
Han pasado 15 años desde la última vez que vimos unas semifinales de Champions sin Messi y sin Cristiano. La edad pasa factura a todos y, aunque muchos no quieran admitirlo, la rivalidad entre estas dos leyendas está muriendo poco a poco. Esto no ha sido algo repentino. Desde la marcha de Ronaldo a la Juventus, todos sabíamos que los Clásicos no volverían a ser lo que eran. Desde entonces, ambos no se han enfrentado en ningún partido. La rivalidad se debilitó aquel día y, dentro de relativamente poco, acabará desapareciendo.
Hemos vivido una era que pasará a la historia del fútbol, la era de Cristiano y de Messi. Debemos sentirnos afortunados por haber nacido a tiempo para ver a estos dos futbolistas en directo. Dos futbolistas que se presionaban continuamente el uno al otro para ser el mejor. Dos extraterrestres que dieron lo mejor de sí para dar a Real Madrid y Barcelona los mejores momentos de su historia reciente. Por detrás, hay jóvenes promesas que apuntan muy alto. Mbappe, Haaland, Ansu Fati, Vinicius, Joao Félix… Pero tendrá que pasar muchísimo tiempo para que alguien pueda hacer sombra a sus respectivas leyendas.
Lionel Messi
16 de noviembre de 2003. Un joven de 16 años llamado Lionel Messi debutaba con el Barcelona en un amistoso ante el Oporto. Un futbolista que parecía demasiado pequeño para acumular toda la magia que tenía en sus botas. Fue el inicio de una historia llena de éxitos y de fantasía que ningún amante del fútbol podrá olvidar jamás. Aquel día saltó al terreno de juego un niño que se convertiría en el mejor jugador de la historia del Barça. Por aquel entonces, el club solo poseía una Copa de Europa. Ahora acumula cinco. Todas ellas tienen a Messi como protagonista principal.
No solo ganó cuatro Champions. En su palmarés destacan sus diez Ligas y sus seis Copas del Rey. No creo que existan calificativos para definir a un jugador que haya logrado marcar 75 goles en una sola temporada. Messi lo hizo en la 2011-2012. 61 partidos le bastaron para sumar tal cantidad.
En la retina del aficionado culé persiste el gol de cabeza que marcó en la final de Roma, el gol «maradoniano» al Getafe, la rotura a Boateng en las semifinales de Champions, el golazo en la final de Copa ante el Athletic Club, el hat-trick al Madrid… De su mano llegó el «Sextete». Seis títulos en un año natural. Messi fue uno de los actores principales de ese acontecimiento que el Barça podrá recordar durante toda su historia.
Seis balones de oro y cinco botas de oro son algunos de sus múltiples premios individuales. Leo ha demostrado ser uno de los jugadores más completos que se recuerdan. Una de las mejores zurdas que ha conocido el fútbol y una visión de juego, un golpeo y un regate al alcance de muy pocos. Para muchos, el mejor jugador de la historia.
Sin embargo, Messi también tiene su quimera. Y es que el astro argentino aún no ha ganado ningún título con la selección absoluta. Un fantasma que le sigue persiguiendo pero que no logrará difuminar su leyenda ni lo más mínimo.
Cristiano Ronaldo
Del talento innato de Messi, pasamos a la ambición y el sacrificio de Cristiano Ronaldo. Unas virtudes que le han llevado a ser uno de los mayores goleadores de la historia del fútbol. Su carrera es muy diferente a la de Leo. Al Real Madrid llegó en el año 2009 procedente del Manchester United. Vino cuando ya era considerado uno de los mejores jugadores del mundo. Y llegó con el perfil de extremo regateador que tenía un disparo fulminante. Al final, acabó convirtiéndose en una máquina letal de marcar goles.
Su llegada al Madrid supuso la confirmación de una rivalidad con Messi que nació cuando el Barça le ganó la Champions a su antiguo equipo. Fue a partir de su segundo año en la capital cuando Cristiano comenzó realmente su leyenda en el club merengue. Después de un año en blanco, el Madrid se presentó en la final de Copa. La última oportunidad para evitar dos temporadas consecutivas vacías de títulos. En la prórroga, Ronaldo se elevó al cielo de Mestalla para rematar un balón de cabeza que le dio al Madrid un título ante el eterno rival.
Un año después, caería la famosa Liga de los récords. Si Messi anotó 75 goles en la 2011-2012, Cristiano marcó 67. Para el recuerdo quedó su celebración pidiendo calma después de darle la victoria al equipo en el Camp Nou. Aquel Madrid demostró ser uno de los mejores equipos de Europa con el luso a la cabeza. Pero la ansiada Décima se seguía resistiendo.
Fue en la 2013-2014 cuando Ronaldo, esta vez sí, lideró al Madrid hacia la Champions. Anotó nada menos que 17 goles en aquella edición. Hasta ahora, la marca más alta de la historia de la competición europea. Destacó su doblete ante el Bayern. El Madrid jamás había ganado en Munich hasta entonces. 0-4 acabó aquel partido a favor de los blancos después de una gran exhibición ofensiva liderada por Sergio Ramos y Cristiano.
Dos años después llegaría la racha más dominante que se ha visto en la historia reciente en Europa: Tres títulos de Champions consecutivos. Y es que si hay alguien capaz de lograr tal hito es el Real Madrid junto a Cristiano Ronaldo. Su hat-trick para remontar al Wolfsburgo, sus cinco goles en la eliminatoria ante el Bayern, su doblete en la final de Cardiff, su chilena en Turín… Son acontecimientos reservados para los mejores, y él siempre estaba ahí.
Su liderazgo y su capacidad de anotar inmensas cantidades de goles le valieron para ganar cinco balones de oro y cinco botas de oro. Y es que aunque fue perdiendo su habilidad con el regate progresivamente, sus altas cifras goleadoras le seguían manteniendo al mejor nivel. Se fue del Madrid y se fue por todo lo alto. Su último partido, la final de Kiev en la que se levantó la Champions número trece. Cerró su etapa en el conjunto de la capital con más goles que partidos jugados, el mayor goleador de la historia del club.
A diferencia de Messi, él sí logró el ansiado título con su selección. Tras liderar a Portugal en la Eurocopa 2016, cayó lesionado en la final. No pudo ser el protagonista aquella vez, pero estuvo en el banquillo, junto a su seleccionador, con la rodilla vendada para dirigir a los suyos. El gol de Éder le dio uno de sus títulos con su selección. También conquistó la UEFA Nations League tras ganar a Holanda en la final.