El último año de Frank Rijkaard al frente del Barcelona supuso una temporada para olvidar
El Barça está viviendo actualmente una crisis deportiva y estructural muy grave. La derrota ante el Bayern Munich por 2-8 supone un golpe bajo para todo el barcelonismo, que considera que esto debería suponer un punto y aparte en el devenir del club. Para que este equipo vuelva a triunfar necesita un lavado de cara en todos los niveles, desde la directiva hasta los jugadores. La última temporada en la que el Barcelona sufrió una crisis de este estilo fue en el último año de Frank Rijkaard al frente del banquillo del equipo. El último año antes de la era Guardiola.
El técnico holandés empezó bien su andadura en el Camp Nou, ganando dos ligas y una Champions. Sin embargo, sus dos últimas temporadas fueron a cada cual peor. En la 2006-2007, el Barcelona solo fue capaz de ganar la Supercopa de España. Perdió la liga en la última jornada después del famoso Tamudazo, no pasó de octavos de Champions y cayó eliminado en semifinales de Copa. La 2007-2008 fue incluso peor. El mal rendimiento de jugadores como Deco, Ronaldinho o Eto’o y la incapacidad de Rijkaard para administrar un equipo cada vez más difícil de llevar fueron las claves del fracaso.
El Barça no comenzó bien la liga y no pudo pasar del empate ante el Racing de Santander en la primera jornada. Sería el perfecto resumen de lo que le esperaba al conjunto culé. Pasaban las semanas y los meses y cada vez resultaba más evidente que el equipo estaba muy lejos de tener una regularidad suficiente como para ser campeón de liga. Demasiados pinchazos contra rivales a los que debería haber ganado le situó no solo lejos de la lucha por el título, sino en una situación que le hacía peligrar un puesto de Champions.
El Barcelona perdió sus dos partidos ligueros ante el Real Madrid. El segundo de ellos fue el más humillante. Los culés tuvieron que hacer el pasillo de campeón a los merengues en el Bernabéu. Una estampa que ningún madridista olvidará. La humillación continuó en el campo, pues fueron derrotados por 4-1 ante un público que pedía una manita de goles. Acabaron la Liga terceros a 18 puntos del Madrid y con solo tres puntos de ventaja sobre los puestos de UEFA.
Tampoco hubo suerte en Champions y en Copa del Rey. A pesar de desempeñar un papel más que aceptable en ambas competiciones, cayeron en semifinales tanto en una como en otra. Ante Manchester United y Valencia respectivamente. Perdieron por la mínima en las dos eliminatorias y quizás merecieron algo más. Pero la temporada acabó siendo ridícula igualmente.
Fue un año vacío de títulos y cargado de dolorosas derrotas. Pero sirvió para cambiar drásticamente el rumbo del club. Para ello, contrataron a Pep Guardiola, que conformó una plantilla a su medida y se echó a pesos pesados como Ronaldinho o Deco con tal de recuperar al vestuario y darles una mentalidad ganadora. El resto es historia.
