Guardiola llegó a Münich en 2013 y se marchó en 2016, en tres años levantó tres Bundesliga y cambió por completo la gestión deportiva de los bávaros
El técnico español se encontró con un Bayern que había levantado el triplete la temporada anterior. Con Jupp Heynckes como entrenador, los alemanes habían ganado todas las competiciones que disputaron. El juego del técnico alemán era simple, aprovechaba las ocasiones que creaban los extremos para generar ocasiones de gol. Arjen Robben desbordaba y anotaba con mucha facilidad. Mientras, Ribery también buscaba esas rupturas o, si era necesario, intentaba encontrar la cabeza de Mario Mandzukic.
Nada más llegar, el de Santpedor cambió la dinámica de los alemanes, buscando trasladar su característico juego a la ciudad germana. Pasaron de un rocoso 4-2-3-1 al conocido 4-3-3 de Guardiola. Un jugador que agradeció mucho el cambio fue Toni Kroos. Hasta la llegada de Pep jugaba como mediapunta, distribuyendo el juego, aunque con Guardiola comenzó a hacerlo como pivote. Otro jugador que brilló bajo las órdenes del español fue Joshua Kimmich. Llegaba procedente del Sttutgart. «Vamos a verle otra vez» decía Guardiola de él. Convenció a toda la directiva de ir y, viendo que Kimmich no lo hizo bien ese día, volvió a movilizarles para, ahora sí, ver un gran partido suyo.
Cuando Lahm pasaba al mediocampo, era el joven Joshua quien ocupaba su puesto en el lateral derecho. Cuando el capitán regresaba a su posición natural, Kimmich jugaba en el centro del campo. Esta tendencia se ha mantenido, pues el alemán juega como pivote aunque también es el lateral suplente. Esto ha ocurrido, por ejemplo, en la vigente edición de la UEFA Champions League. Otro que ha evolucionado muchísimo con Guardiola es Robert Lewandowski. El polaco sabe buscar mucho mejor a sus espacios e interpreta mejor los tiempos. Ha comprendido la importancia del último pase y es mucho más eficiente de cara a la portería.
Ahora, ha sido el joven Hans Dieter-Flick quien ha aprovechado todo lo que hizo Guardiola que, sumado a todo lo que ha hecho el propio Flick ha generado una plantilla de escándalo. El juego de Hans es muy diferente, aunque aún así se complementa con ese grupo adaptado al juego de posición que mantienen desde que Guardiola dirigiese en el Allianz Arena. Obviamente ha habido cambios, tales como el fichaje de Pavard, la nueva posición de Alaba (aunque esto ya lo hizo Pep), el redescubrimiento de Müller o el surgimiento de Alphonse Davies.
Con todo, vemos a un Bayern que ha regresado al 4-2-3-1 de Jupp Heynckes, aunque ha avanzado varios años gracias a todo lo que enseñó Guardiola. Quizá, sin su influencia, hoy hablaríamos de un equipo muy diferente al actual.