El futbolista canario aterriza en Donostia para demostrar que los 34 años que tiene no son un impedimento a la hora de jugar
El chino, tras pasar 10 años en el Etihad Stadium, llega a Anoeta no para retirarse, sino para demostrar que sigue teniendo nivel. Se desempeña en la medular del campo, concretamente en la posición que ha dejado vacía Odegaard. Con 636 partidos ha marcado 112 goles y dado 173 asistencias.
Las mejores cualidades
Cualquier aficionado del fútbol ha podido ver a David Silva hacer magia al jugar un partido. Desde sus comienzos en el Valencia, en el Manchester City o cuando defendía la camiseta de la Selección española, ya mostraba sus cualidades, y ahora en la Real Sociedad quiere seguir enseñándolos.
Es ese tipo de jugador que no le quema el balón en los pies y eso mismo es precisamente lo que pide Alguacil. Que el cuero se encuentre en tres cuartas partes del campo es indispensable para que se desarrolle el juego de la Real Sociedad y es precisamente donde se sitúa Silva.
Como sucedió durante la temporada pasada, el sacar el balón jugado es el modo de juego que se ha ido siguiendo y no tiene pinta que se modifique así que favorecerá al canario. La finalidad de Silva será la misma que la Odegaard, dar ese último pase o tener la visión de juego para dar el balón perfecto.
La capacidad para dar ese tipo de pases están al alcance de muy pocos. Cortos, largos, al hueco o paredes, cualquiera que dé lo pone al pie del compañero. Su gran disparo es otra cosa a favor. Con 112 queda demostrado al 100% que si en algún momento no hay forma de pasar a algún compañero, podrá armar la pierna sin ningún tipo de problema.
La veteranía en los campos puede ayudar a los donostiarras a la hora de dar calma al juego. Tras haber estado durante más de 15 años en campos y haber disputado más de 600 partidos su gran experiencia puede ser una cosa a favor de la Real Sociedad. Los aficionados txurri-urdines y el resto de La Liga podrán disfrutar a David Silva de nuevo tras su largo paso por Inglaterra.