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Un barco sin rumbo

El club catalán parece estar más perdido cada día que pasa y las soluciones prometidas por la directiva, aún no han llegado

El primero en bajarse, el capitán

La marcha de Neymar pesó y la junta no acertó con los fichajes para reemplazarle, pero Messi supo reinventarse. Consiguió ser más completo en el terreno de juego y acabaron dependiendo de sus destellos en cada enfrentamiento. La famosa ‘Messidependencia’ asediaba su cabeza más que nunca. Rindió a un nivel estratoférico, siendo máximo goleador y asistente del campeonato liguero, aunque Liga y Copa no bastaban en la Ciudad Condal. Prometió éxitos internacionales, dónde inició con un hattrick y llevó al equipo a semifinales. Hizo su gol nº600, sellando el billete a la final con un tiro libre a la altura de un auténtico virtuoso como es él. 

Se mascaba la tragedia. El sueño europeo tendría que posponerse una vez más. El Liverpool asedió la porteria de Ter Stegen e implantó una superioridad más que evidente. Además, produjeron un acontecimiento histórico en ‘la Champions de las remontadas’, remontando el 3-0 conseguido por los azulgranas en la ida y dejándoles sin tiempo de reacción. Dicho herida, sigue sin cicatrizar y la mala gestión deportiva e institucional, ha hecho que la burbuja explote. 

Lisboa, la última puñalada

Un mal arranque en San Mamés predijo una deplorable temporada. El bajo rendimiento de Messi en comparación al año anterior, le condenó a sufrir innumerables críticas. La presión de alzar la orejona era constante, inclusive aumentó por la catástrofe en Anfield

Lo peor estaba por llegar. Una temporada en blanco, el despido de Valverde, rendimiento mediocre de los fichajes, una plantilla corta y entre otros factores, no contribuyeron en absoluto. Y por ello, tras tanto revuelo, el desastre era inminente. Un Bayern que venía de atropellar a todos sus anteriores oponentes, tenía por delante a un Barcelona endeble como próximo obstáculo con el que arrasar. En la primera mitad, les endosaron cuatro y en la segunda otros cuatro, de los cuáles fue partícipe uno de los peores fichajes de la entidad. Un 2-8, resultado que dejará una mancha imborrable en el expediente azulgrana, como una de las mayores humillaciones de este deporte.

Fuente: Marca

Turín, Roma, Anfield y sobretodo Lisboa, fueron cuatro balas que Messi no logró asimilar y que por consecuente, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Podríamos estar a punto de presenciar uno de los hechos más surrealistas de la historia del fútbol. El capitán del barco está a escasas horas de abandonar a sus navegantes, de la forma más cruel posible. Después de años juntos, un triste burofax y un Camp Nou vacío serán sus últimas imágenes como culé. 

Quién llegaría a imaginarse al FC Barcelona sin Messi. Un jugador que vino al club para salvar su vida, y que más tarde sería él quién se la salvase al club. Juntos lograron 34 títulos, 6 Balones de Oro e innumerables récords que el astro argentino batía semana tras semana, haciendo de esto como si fuese algo común. Ha sellado una imponente carrera, dominando de forma aplastante a nivel nacional e internacional y aunque sus últimas campañas en Europa no acabasen de la mejor manera, fue partícipe en 4 Champions de 5 que tiene el club.

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