El argentino fue el líder ofensivo del Lega que ascendió a Primera División, el momento más dulce de la historia del conjunto pepinero
Alexander Szymanowski llegó al Leganés en 2015. Sería uno de los integrantes de la plantilla que jugó en la que por entonces se llamaba Liga Adelante. Era la segunda temporada consecutiva en esta categoría desde que el equipo regresó de los infiernos de Segunda División B. El argentino llegó libre procedente del Brondby danés como un refuerzo más. Pronto se convertiría en leyenda del club.
La temporada 15/16 fue histórica para el Leganés. Después de lograr el ansiado ascenso a Segunda dos años atrás, parecía que los objetivos del conjunto pepinero pasaban por consolidarse en la categoría. Sin embargo, un «loco» llamado Asier Garitano convenció a todos de que un ascenso a Primera era posible. Uno de los máximos artífices de esta gesta fue, efectivamente, Alexander Szymanowski. Con sus 12 goles y 11 asistencias, lideró al Lega hacia un hito histórico.
De sus botas salieron muchísimos puntos logrados por el equipo. Si Mantovani era el líder espiritual y defensivo, Szymanowski hacía el trabajo en ataque acompañado de jugadores como Gabriel Pires, Omar Ramos o un Rubén Peña reconvertido. Era una de las piezas clave de una ofensiva que ya es historia del Leganés.
Ya en Primera, el extremo zurdo argentino siguió siendo el jugador explosivo y goleador del año anterior. La permanencia del conjunto pepinero en su temporada de debut en LaLiga Santander pasó por sus botas. Szymanowski marcó 8 tantos en la 16/17, varios de ellos, auténticos golazos. A final de temporada, con el Sporting acercándose cada vez más al Lega para arrebatarle la permanencia, Szymanowski anotó un doblete contra el Betis y un gol en San Mamés en la jornada 36 y 37. Este último fue el gol que selló la salvación.
La 17/18 sería la última temporada para él. A pesar de haberse ido del club al finalizar la campaña 19/20, Szymanowski no pudo jugar ni un partido oficial más debido a una lesión de rodilla de la que no hacía más que recaer. Le dio tiempo a dar dos asistencias y a marcar dos goles en los 13 partidos que jugó antes de lesionarse. A pesar de tener este triste final, será recordado como uno de los mejores jugadores que han llevado en el pecho el escudo del laurel.