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Fútbol Histórico: Matthias Sindelar, música contra el nazismo

Sindelar fue uno de los primeros cracks europeos durante la década de 1920 y 1930, apodado como ‘el Mozart del fútbol’

Matthias Sindelar (Viena, Austria, 1903) es uno de esos pocos jugadores recordados por su brillantez, uno de los elegidos para perdurar a través del paso del tiempo. Sindelar entra en la historia como uno de los mejores, como un jugador que traspasó la barrera marcada entre la sociedad y el balón. 

Un pequeño Matthias se crió en las calles del barrio obrero de Favoriten, en Viena. Provenía de una familia judía, en la que su padre herrero debió hacer las maletas con rumbo a Viena en busca de un pan del que dar de comer a su familia. En las calles de Favoriten empezó a labrarse un nombre. Desde muy pequeño, Sindelar siempre se caracterizó por su elegancia y fineza para sortear al rival. Por eso, en las calles de su infancia lo conocían como ‘el Hombre de Papel’. 

El café posguerra

La Primera Guerra Mundial trajo consigo una manera de reunificar a las masas conocida como el fútbol. Los estadios y cafeterías europeas se convirtieron en los campos de concentración para unas masas cada vez más atraídas por aquel hermoso deporte. El proletariado vio cómo Sindelar sucedió a Josep Uridil, un delantero rocoso que sobresalió en el SK Rapid Wien, equipo obrero. 

En contraposición a las cualidades de Uridil, Sindelar fue el antónimo del delantero centro que todos conocían. Jamás se identificó como el prototipo de delantero de la época, rompió los estándares. Un gran pase y uno de los mejores dribblings jamás conocidos, además de una capacidad goleadora inusual para su manera de jugar, lo hicieron destacar por encima de cualquier otra figura con apenas 20 años. Gracias a estas características, Sindelar “inventó” una figura novedosa por aquel entonces: el falso 9. El austriaco retrasó su posición con el fin de participar en la creación de jugadas ofensivas, incrustándose en una posición entre el mediocampo y delantera que le permitía ser indetectable para sus rivales. 

Música para la oposición

Su estilo maravilló a los aficionados, no le costó hacerse ídolo de las masas. No se hablaba de nada más que de Sindelar, el FK Austria de Viena (equipo en el que jugó toda su carrera profesional) y el ‘Wunderteam’ austriaco (la mejor generación futbolística en la historia de Austria). Se labró un nombre y un apodo: el Mozart del fútbol. Su elegancia incomparable con el balón entre las piernas lo condujo a la cima de la aceptación social, era música para los oídos de los vieneses.

Fuente: The Daisy Cutter

Sindelar jugaba para su pueblo, y el pueblo amaba a Sindelar por una razón muy simple: fue el líder de la oposición austriaca contra las fuerzas alemanas. La Segunda Guerra Mundial estaba al caer, y a finales de la década de 1930 Sindelar y su ‘Wunderteam’ eran el principal foco mediático. Marcaron época en la selección nacional, pero aquel éxito se vio cortado de raíz por la invasión nazi. Adolf Hitler, defensor de sus ideales hasta la muerte, estaba convencido de que la raza aria era superior a cualquier otra, y por ello organizó un encuentro entre “su” Alemania y Austria.

Aquella tarde del 3 de abril de 1930, Sindelar ridiculizó al combinado nazi, dejando en evidencia su capacidad futbolística. Austria ganó por 2-0, un resultado demasiado poco abultado para lo que se vivió en el césped, y Sindelar, autor del segundo tanto, lo celebró con un extravagante baile delante de la tribuna en la que se encontraban Hitler y sus generales de confianza. 

El propio Matthias se negó meses después a disputar la Copa Mundial de 1938 con el combinado alemán, con justificaciones falsas de que estaba lesionado o incluso retirado. Aquella copa, celebrada en Francia, la ganó Italia, la otra gran potencia nacional de la época. Su rechazo confeso a las autoridades nazis, y su “pasotismo” ante las llamadas de una selección que no era la suya marcaron su destino. El 23 de enero de 1939 lo encontraron muerto en su piso de Viena junto con su esposa, supuestamente a manos de los nacionalsocialistas. Hay una infinidad de teorías sobre lo que pasó entre esas cuatro paredes, ninguna de ellas concluyente. 

Fuente: Goalprofits

El ‘Mozart del fútbol’ murió como otros muchos judíos, a manos de las atrocidades nazis, aunque la diferencia en su caso es que dejó una huella imborrable en este deporte. Es considerado el mejor futbolista austriaco de la historia, con 255 goles salidos de sus botas, y con el cartel de uno de los primeros cracks europeos.

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