La Real Sociedad afronta una de las temporadas más ilusionantes del siglo, con la Europa League y una final por jugar
Con Imanol Alguacil a la cabeza del proyecto, y una plantilla competitiva por completar, el conjunto txuriurdin se enfrenta a un difícil reto; superar lo conseguido la temporada pasada. Con una base de futbolistas jóvenes, contrastado con la veteranía de los Monreal, Moyá o Silva, la directiva ha formado un fantástico bloque que deberá estar preparado para jugar un máximo de 4 competiciones esta campaña.
Un año difícil de mejorar
Echando la vista atrás, precisamente a agosto de 2019, nos encontramos con una Real que jamás se imaginaría llegar a una final tres décadas después. Menos aún redondear el curso con el billete a Europa. El cuadro vasco comenzó su andadura con un empate sobre la bocina en Mestalla, y hasta el minuto 88′ del último encuentro, su temporada ha sido una montaña rusa de emociones.
Sus inicios en competición liguera fueron de notable alto. Con tres partidos consecutivos lejos de casa, fueron 4/6 los puntos cosechados, que pasarían a ser 7/9 con la primera victoria en el Reale Arena. Rivales como el Atlético de Madrid, Espanyol o Alavés fueron cayendo poco a poco en la trampa de un Imanol que construyó un equipo infranqueable. Al menos en los primeros meses, ya que compitió durante muchas jornadas junto a FC Barcelona y Real Madrid por el liderato de la Liga Santander. El estilo de juego tan definido que planteó el cuadro vasco pasó por encima de varios equipos. Rivales que fueron incapaces de frenar la magia de un Martin Odegaard desatado.
Con el paso de los meses, y superando obstáculos en la competición del K.O., los donostiarras veían cada vez más cerca el objetivo de volver a disputar una final. Pisar el estadio de La Cartuja en uno de los partidos más importantes de su historia. Aún así, lo más destacable fue la capacidad de mantener el nivel y la regularidad cada fin de semana. A la vez que iba superando rondas en las eliminatorias intersemanales, no bajaba la guardia en un campeonato en el que es crucial mantener la intensidad.
Con Mikel Merino en la sala de máquinas, siendo uno de los intocables del técnico de Orio, el equipo fue capaz de competir en todas y cada una de las 38 jornadas. Sin embargo, el parón dejó tocado al equipo, que en marzo escalaba posiciones hasta colocarse cuarto en la tabla. Fueron 5 los encuentros que se le atragantaron a la Real tras volver del confinamiento, algo que complicó seriamente su presencia entre los seis primeros. Sin embargo, tanto entrenador como jugadores tuvieron la fuerza suficiente para revertir la situación y lograr el billete europeo.
Una amplia pero incompleta plantilla
Con el arranque de este nuevo curso al caer, la Real Sociedad cuenta con más de 30 futbolistas a disposición de Imanol Alguacil. No obstante, entre los positivos por COVID y las lesiones de larga duración, son numerosas las bajas con las que cuenta para este comienzo de temporada. Aún así, con Zubieta generando jóvenes promesas constantemente, el fondo de armario está bien cubierto en el primer equipo.
Comenzando por la portería, nos encontramos a tres guardametas peleando por un puesto en el once inicial. Por ahora, Remiro y Moyá son los favoritos para cumplir con ese rol de titular. El balear, a sus 36 años, tuvo la oportunidad de disputar las últimas jornadas de liga, transmitiendo mucha seguridad. Además de veteranía en cada una de sus apariciones, algo que ansiaba el equipo. El de Cascante fue protagonista en gran parte de la temporada, pero está por ver si su papel es secundario esta nueva campaña. En la zaga la situación es algo más enrevesada. A falta de un central de garantías, varios jugadores se encuentran en la rampa de salida.
En principio, Joseba Zaldua y Andoni Gorosabel serán los encargados de defender el flanco derecho. Mientras Álex Sola, que ha completado una magnífica temporada en Numancia, siga recuperándose de su grave lesión, no tendrá ficha. Con Nacho Monreal, Aihen Muñoz y Kevin Rodrigues en el carril zurdo, el club tendrá que buscar alguna alternativa. Los centrales serán Diego Llorente, Aritz Elustondo, Robin Le Normand y, si todo avanza correctamente, Modibo Sagnan, por ahora. Una defensa que no ha ofrecido un mal rendimiento, pero que sin embargo ofrece ciertas dudas a la hora de la verdad.
El centro del campo, uno de las zonas más reforzadas del conjunto txuriurdin, contará con muchos futbolistas. Asier Illarramendi, Igor Zubeldia, Ander Guevara, Martín Zubimendi, Jon Guridi, Mikel Merino, David Silva y Roberto López. Una gran cantidad de jugadores, en los que podemos encontrar todo tipo de perfiles, que pueden aportar distintas variantes al juego del equipo. Entre ellos están R. López y Zubimendi, que hasta ahora han sido claves en el Sanse a las órdenes de Xabi Alonso. Parece que el segundo tendrá ficha en el filial pero contará para Alguacil.
En la delantera nos encontramos con varios pesos pesados como lo pueden ser el capitán Oyarzabal, Willian José o Adnan Januzaj. Con la velocidad de Portu por banda derecha, la explosividad de Ander Barrenetxea por izquierda, y el altísimo nivel que han ofrecido Martín Merquelanz y Alexander Isak, el ataque pasa a ser una de las grandes bazas del cuadro vasco.
Un sistema de juego definido
Desde que Imanol Alguacil tomó las riendas del equipo en enero del 2019, la idea de juego que se ha llevado a cabo durante este año y medio ha sido clara. Un fútbol combinativo, con un reconocible 4-3-3 de base, y con unos principios que se han defendido hasta en los momentos más delicados. Los jugadores ya han adaptado su forma de jugar a lo que ha querido transmitir el técnico gipuzcoano. Es por esta misma razón por lo que la Real Sociedad ha trazado posiblemente el juego más vistoso de la Liga Santander.
Comenzando desde atrás con una salida de balón muy trabajada pero a la vez arriesgada, los pupilos de Alguacil no rifan ningún balón si la situación no es extrema. Esto le ha costado algún que otro disgusto al cuadro vasco, pero el balance sigue siendo positivo. Con Igor Zubeldia en el eje central, pivotando en ese esquema de 3 mediocentros, el equipo encontraba siempre una posición ventajosa para avanzar con balón. Mientras, Merino y Odegaard, que este año no estará, esperaban su turno en los costados- Ambos para elaborar jugadas de peligro en una zona más cercana a campo contrario.
La pizarra de Imanol no estaría completa sin los extremos bien abiertos, en este caso Mikel Oyarzabal y Cristián Portugués o Adnan Januzaj. Con estos dos hombres de banda buscando la profundidad durante todo el partido, y los laterales que también se incorporan al ataque, la Real junta a mucha gente en tres cuartos de campo y se multiplican las opciones de llegar a área rival. En la punta de ataque, tanto Willian José como Alexander Isak buscan finalizar jugada si es posible. Aunque las características de estos dos atacantes sean muy distintas, sus cifras están siendo notables.
El magnífico juego de espaldas del brasileño le aleja en muchas ocasiones de la zona del “9”, aunque su poderío aéreo le permite rematar constantemente. Mientras, el sueco busca constantemente el desmarque al espacio con su velocidad. Este equipo también puede pasar a jugar con un esquema de tres centrales, con el 5-3-2 que ha venido probando durante los últimos encuentros de liga.
Un técnico ideal: Imanol Alguacil
No sólo sabe lo que se siente al vestirse la elástica txuriurdin, sino que ha sabido transmitir a sus futbolistas el amor que siente por el escudo de la Real Sociedad. Llegó al primer equipo como interino, para suplir a un Asier Garitano que dejó el club a las puertas de los puestos de descenso, y el de Orio estuvo a nada de conseguir el billete a Europa. Desde el primer día, implantó una idea de juego, un estilo muy definido que ha sido una de las razones del éxito en esta magnífica campaña.
Ha logrado unir a un bloque de excelentes futbolistas y exprimir lo máximo de muchos de ellos. Además, ha sabido gestionar los minutos de cada uno haciendo que se sientan partícipes e importantes con un rol significativo. No todo ha sido un camino de rosas en su etapa como la cabeza visible del grupo, ya que ha habido momentos en los que se ha dudado sobre su capacidad de mantener el nivel. Algo que sucedió en las últimas jornadas de liga, cuando la Real atravesaba una racha de seis encuentros sin conocer la victoria. Pese a todos los inconvenientes, salió a dar la cara responsabilizándose como máximo culpable, como el líder que necesitaba todo equipo.
A partir del 13 de septiembre, afrontará su tercera temporada al frente de la plantilla, sin duda la más ilusionante. Una final de Copa, una Final Four en la Supercopa, la UEFA Europa League y la exigencia de responder cada fin de semana en competición liguera. Será la prueba definitiva de un entrenador que ya se ha ganado el respeto de la afición, pero que tendrá que seguir trabajando y evolucionando como técnico si quiere dar continuidad a lo ya cosechado.
Una misteriosa estrategia de mercado
Allá por la segunda semana de agosto se confirmaba la vuelta de Martin Odegaard a la capital. El Real Madrid no cumplió con su palabra y se llevó al mago noruego, que tantas alegrías había dado en Donostia, de vuelta a Valdebebas. Una noticia que dejó helada a la afición, pero que fue amortiguada por un bombazo que nadie esperaba. Absolutamente nadie, ni la misma directiva, que ya calificaba el fichaje de David Silva como extremadamente difícil. Sin embargo, el de Arguineguín ha acabado accediendo a la propuesta que le planteó el club, y ha llegado gratis para apuntalar ese puesto de mediapunta.
Con el único fichaje del canario, y las vueltas de los cedidos a Zubieta, parece que la plantilla está completa y en condiciones para afrontar un curso exigente. Pero no es así. Varios jugadores se encuentran en la rampa de salida, convencidos de cambiar de camiseta, como lo es Kevin Rodrigues. El lateral portugués sabe que no contará con muchos minutos y está convencido que su deseo es cambiar de aires y disfrutar del fútbol con otros colores. Su notable temporada en Leganés le ha permitido hacerse un nombre en el mercado y que varios clubes se interesen en su contratación.
Como lo ha hecho el Villarreal con Gerónimo Rulli, que ya está a las órdenes de Unai Emery en el conjunto groguet. El guardameta platense no contaba para Imanol, ni para unos directivos que llevaban tiempo buscándole un nuevo destino. Finalmente serán 6 los millones que ingresará la Real Sociedad por su venta, recuperando parte de los 10 millones que se gastaron en su día. Su etapa en el viejo continente continuará en tierras valencianas, pero dejará un recuerdo agridulce en el País Vasco. Su magnífico primer año ha resultado ser un “casi pero no” en los próximos cinco.
Otro que se encuentra en la cuerda floja, pero que no ha recibido ninguna oferta, es Diego Llorente. El central madrileño, habiendo completado una escasa temporada, es uno de los hombres más cotizados en la zaga blanquiazul, por lo que una venta podría resultar muy jugosa para la entidad.
Al igual que Willian José, el de Leganés siempre ha tenido cartel en la Premier League. No obstante, el atípico mercado condicionado por la crisis del COVID-19, ha derivado a una serie de situaciones que no han permitido su salida. A falta de ofertas, no se espera ninguna salida más, a no ser que sea la de Roberto López como cedido o la de Modibo Sagnan. Ambos futbolistas necesitan rodaje en Primera División antes de dar el salto al primer equipo, pero será Imanol quién tenga la última palabra respecto a su continuidad.
Esto no quita que Roberto Olabe y su equipo no sigan trabajando en la captación de un central, que sigue siendo la posición a reforzar de cara a esta nueva campaña. El favorito, según diversos medios, es Mario Hermoso, pero tanto la directiva como el propio jugador saben que la operación no es nada sencilla. Con una charla pendiente con Diego Pablo Simeone, el defensa del Atlético de Madrid vería con buenos ojos salir en busca de minutos y continuidad. Con el objetivo de estar el próximo verano en la Eurocopa, el ex-perico necesita rodaje.
Lo mejor está por venir
La Real Sociedad afronta, sin ningún indicio de duda, la temporada más ilusionante del siglo. Sí, puede sonar repetitivo, pero lo que ha conseguido el club en este último año aún no se ha redondeado del todo todavía. Varias finales en juego, la oportunidad de viajar por Europa, y con altas expectativas en liga después de una sexta posición. Será complicado mantener el nivel durante la campaña, porque como cada año, es inevitable sufrir altibajos durante los 10 meses de competición.
Pero el reto que encara el equipo es mayúsculo, ya que están a un solo paso de pasar a la historia, si no lo han hecho ya. El año estará marcado por ese duelo ante el Athletic Club, que puede jugarse en abril de 2021, aunque en enero ya se medirá a los bilbaínos, junto a Barça y Real Madrid, en la pugna por la Supercopa de España.
Quién imaginaría que tras una década en Primera División, después de tres años en el infierno de la Segunda División, el club crecería tanto a nivel de masa, socialmente y futbolísticamente. Hoy en día, el de la Real es uno de los proyectos con más futuro en el fútbol español, forjado con una de las canteras más productivas del continente. Sin embargo, si quiere seguir progresando, deberá mantener los pies en el suelo. Dar continuidad al trabajo que se ha venido haciendo durante los últimos años será crucial.