El primer partido de la temporada dejó en claro que un mediocampo sin Casemiro es, a día de hoy, inconcebible
Primer partido, primer pinchazo. El Real Madrid no pudo pasar ayer del empate a gafas, sin goles, en un estadio siempre complicado y ante un rival acrecentado. El Madrid se mostró incisivo en ataque, con iniciativa hacia la portería, pero el buen planteamiento defensivo de Imanol Alguacil anuló los esfuerzos madridistas de ver puerta. El encuentro no estuvo plagado de ocasiones que digamos, y eso se achaca, como siempre, a la poca creatividad y falta de acierto. Pero lejos de ser esto preocupante -ya se vio la temporada pasada que se pueden rentabilizar los pocos goles-, hay otro aspecto del juego que el madridismo sí considera vital: Casemiro es innegociable.
Tal y como quedó demostrado la temporada pasada, el brasileño es la pieza clave de este Real Madrid. Un stopper de estas cualidades es lo que todo equipo equilibrado necesita, y el Madrid tiene al mejor. Por eso, es inexplicable que de primeras, nada más comenzar el campeonato, Casemiro sea el sacrificado del medio del campo. Zidane trató de encajar a Odegaard en un esquema más bien ofensivo, pero volvió a fallar y evidenció el hecho de que el rascacielos sin el cemento se derrumba. Casemiro es el cemento que junta cada uno de los demás ladrillos que componen el equipo, el que equilibra, sostiene y deja jugar.
El domingo entró al minuto 69’, un cambio carente de sentido si tenemos en cuenta que lo que pedía el partido era chispa, algo capaz de estrenar el luminoso. Y Zidane, querido amigo, ese no es el camino. La ausencia del pivote retrasó inevitablemente la posición de Toni Kroos hasta la de libre, incrustándose entre centrales y dejando carril libre a los laterales. Este movimiento, sumado a que Odegaard ocupó la posición de enganche todo el tiempo, obligó a Luka Modric (un jugador de 35 años y físico decadente) a realizar un mayor recorrido para conectar con los de arriba. En definitiva: un sinsentido se coja por donde se coja. El entrenador rechazó la fórmula del éxito con el fin de experimentar, pero el resultado no fue nada positivo.
Solución y alternativas
¿Que Zidane quiere encajar a Odegaard, principal cara nueva, sí o sí? No hay problema. El noruego puede partir desde distintas posiciones y realizar diferentes trabajos. En caso de querer posicionarlo en el mediocampo, el Madrid lo tiene muy fácil: centro del campo escalonado. Vienen haciéndolo durante mucho tiempo y parece lo más lógico. Casemiro como pivote, Kroos como el jugador de creación, y Odegaard como hombre más adelantado (siempre y cuando cumpla sus tareas defensivas). Otra alternativa sería que arrancase desde banda, para acabar actuando en el enganche, como ya hizo Isco en la 2016/17 con resultado sobresaliente.
Sea cual sea el propósito de Zidane con los demás jugadores, está claro cuáles son las piezas inamovibles. Courtois, Ramos, Kroos, Benzema y Casemiro son la columna vertebral de un equipo ganador. Esperemos que el francés aprenda la lección, porque Casemiro en el Real Madrid es indiscutible. Llámenlo dependencia si quieren.