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Fútbol Histórico: Nicolas Anelka, rebelde sin causa

Nicolas Anelka fue uno de los jugadores más talentosos de Europa a finales de los 90, pero también uno de los más rebeldes y polémicos

Nicolas Anelka fue uno de esos jugadores franceses que despuntó a finales de los años 90 y principios de los 2000. Carismático, talentoso y polémico a partes iguales, su carrera estuvo sacudida de constantes idas y venidas. El delantero, que siempre se describió como “un simple chico de Trappes”, llevaba consigo esa figura de estrella polémica que arrasaba por donde pasaba. Su velocidad, su enorme habilidad para el regate, su feroz olfato goleador y su increíble capacidad de remate eran señas características de su juego. Anelka era mucho más que un nueve, sabía moverse fuera del área, era fantástico al espacio y hacía mejores a sus compañeros con sus movimientos y desmarques. Thierry Henry lo catalogó como “uno de los mejores rematadores de la historia”.

Primeros años, Claire-Fontaine y PSG

Thierry Henry, Nicolas Anelka y David Trezeguet en su etapa en ClaireFontaine. Fuente: Pinterest

Era 1992, cuando un joven chico de los suburbios de París llegaba a la prestigiosa ClaireFontaine, aquel semillero de jóvenes futbolistas en Francia. En los 90, pertenecer a este selecto grupo de la academia te convertía en uno de los mejores proyectos de futbolista. Nicolas Anelka llegaba con 12 años para comenzar desde muy pronto a maravillar a entrenadores y compañeros. Henry, dos años mayor que él y con una mayor experiencia se fijó rápidamente en las condiciones del chico. Era rápido, conocía el juego y sobretodo tenía ambición de llegar a ser una superestrella. Allí el joven de Trappes crecería al lado de otros futuros futbolistas como Trezeguet o Christanval, siendo siempre uno de los mejores.

El PSG se fijó en él y se lo llevó para su academia en 1995, en él veían a quien podría ser el recambio de George Weah. El joven francés jugaba con el filial, pero ya entrenaba con el primer equipo, lo que le hizo progresar a pasos agigantados. El 7 de febrero de 1996, frente al Mónaco y con 16 años, debutaba de forma oficial con el primer equipo parisino. Siendo tan solo un adolescente, Anelka revolucionó el Parque de los Príncipes, dejando 5 goles en 9 partidos.

La llegada a Inglaterra

Anelka en su presentación con el Arsenal

Era el invierno de 1997, y el prestigioso Arsene Wenger se había quedado prendado del joven futbolista. Tanto, que con 17 años le ofreció un contrato profesional con el Arsenal de la Premier League. El joven aceptó, sin saber, que aquí llegaría la primera gran polémica de su carrera. En el PSG no gustaron sus formas, y se agarraron a la norma que decía que un jugador menor de edad debía firmar su primer contrato como profesional con su club de origen. Por su parte, los londinenses se ataban a la Ley Bossman, que permitía el libre tráfico de futbolistas europeos.

Los inicios no fueron fáciles, y el francés contó con pocas oportunidades ante la feroz competencia. Para la temporada 97/98 Ian Wright caía lesionado, por lo que los gunners necesitaban un sustituto. Entre tantos apareció Anelka para hacerse con el puesto de titular. El joven sería clave para conseguir el doblete, anotando incluso en la final de FA Cup. Para la siguiente temporada, el ariete anotaría más de 20 goles, sin embargo el equipo no pudo defender el título liguero. El francés pidió un aumento de sueldo que no fue concedido lo que le hizo entrar de nuevo en disputa con su club. El jugador y sus agentes (sus dos hermanos) forzaron para salir del club inglés.

Un infierno en España

Anelka en la final de Champions del 2000 frente al Valencia CF

El Real Madrid ponía sus ojos en el joven francés, siendo una oferta difícilmente rechazable. El joven de 20 años llegaba a la capital española a cambio de 35 millones, siendo uno de los grandes fichajes de la época y el más caro de los merengues. El jugador llegaría con ese aura de superestrella, con su extravagante estilo fuera del campo y con su actitud tímida. No encajó, ni con la ciudad, ni con el equipo, ni con la afición, ni con el entrenador; para colmo la prensa no ayudaba. Sobre el francés recayó a una presión constante, siendo objetivo de las cámaras y de periodistas que buscaban la portada. Su rendimiento tampoco fue el adecuado.

Sin embargo, una gran actuación en el mundialito de clubes, hizo que Vicente del Bosque le confiase la Champions League al joven. Allí llegó su mejor momento como jugador merengue, en la semifinal frente al Bayern Münich. En la ida, los madrileños ganaron 2-0 con un tanto del joven francés. Los bávaros se adelantarían en la vuelta, pero un sensacional remate de Anelka a centro de Savio sentenció la eliminatoria para los blancos. En la final esperaría el Valencia CF, y el puma sería titular. Los blancos ganaron por 3-0 llevándose el título. Después de esto, de 33 partidos y 7 tantos, el jugador se declaraba en rebeldía; recibiendo incluso una sanción de 45 días por negarse a entrenar. así llegaría su final en el club merengue, tras tan solo una temporada.

Segundas partes nunca fueron buenas

El chico regresaba a casa, volvía al Paris Saint Germain a cambio de 34´5 millones de €. Su rendimiento comenzaría siendo bueno, sin conseguir grandes cifras pero si demostrando un alto nivel de juego. Un año y medio después, saldría cedido del club parisino para recalar en el Liverpool. El jugador rendiría bien, siendo uno de los referentes del club desde su llegada en el mercado de invierno. Sin embargo, cuando parecía que su fichaje por los Reds era un hecho, Gerard Houllier prefirió fichar a El-Hadji Diouf, delantero senegalés. Sería el Manchester City quien acometería su fichaje en 2002 a cambio de 20 millones.

Con los cityzens rindió bien, dejando más de 40 goles en Premier League. En el invierno de 2005, el Fenerbahce se hacía con sus servicios previo pago de 15 millones de €. En Turquía anotaría 16 goles y daría 14 asistencias en 57 partidos en el año y medio que allí pasó. Volvería a Inglaterra de la mano del Bolton Wanderers, que pagó 12 millones por sus servicios. 61 partidos, 23 goles y 9 asistencias en año y medio, antes de poner rumbo al Chelsea.

Anelka saca la cabeza

Anelka falló el penalti decisivo en la Cahmpions de 2008

Le Sulk (el malhumorado) comenzaba a dejar ver a ese jugador que apuntaba ser en su adolescencia, y el Chelsea pagaba 20 millones por el delantero. Su gran oportunidad con el conjunto blue llegó en la temporada 2008/09, cuando con Didier Drogba lesionado brilló con luz propia. Marcaría 25 goles esa temporada en la que sería una de sus mejores campañas en mucho tiempo, siendo máximo goleador en Inglaterra. El fichaje de Fernando Torres le mandaría al banquillo después de un par de temporadas a un excelente nivel.

En enero de 2012, el Shangai Shenshua aprovechó que su contrato finalizaba para hacerse con sus servicios. Con el conjunto chino, el jugador cobraba 234.000€ semanales, un salario record en aquel tiempo. En febrero de 2013 llegaría cedido a la Juventus de Turín antes de acabar su contrato y llegar al West Bromwich.

Anelka realizó el conocido gesto de la “Quenelle”, asociado al antisemitismo

Pasaría menos de una temporada con los Hawthorns, donde solo convertiría 2 goles y tendría peleas constantes con el entrenador. Tras la destitución del entrenador, el jugador haría un polémico gesto en la celebración. Este gesto, popularizado por el cómico Dieudonne, era catalogado como una alusión al saludo nazi. El futbolista declaró que no era “ni antisemita ni racista” y que “no sabía lo que significaba el gesto”. Fue juzgado y declarado inocente, aunque fue igualmente sancionado. Dejaría de esta forma Inglaterra, para pasar sus últimos días de fútbol en el Mumbai City de la India.

Polémicas con Francia

Anelka siempre despertó polémicas allá por donde pasó, y la selección francesa no se iba a librar de ello. Su trayectoria con el conjunto nacional estuvo también salpicada de sus idas y venidas y de su actitud radical. No solo eso, también varias decepciones marcaron al parísino. Fue convocado en la lista previa del mundial 1998, que se disputaba en Francia y en la que los bleus partían como favoritos. Sin embargo, fue descartado junto a otros 5 compañeros a última hora. El jugador confiaba en quedarse y ser partícipe de ese equipo que terminaría siendo campeón del mundo. Lo que más dolió al joven fue la explicación que le dio el seleccionador: “es lo normal”, esa fue la respuesta que encontró el futbolista antes de hacer su maleta y salir de la concentración.

En la Eurocopa del 2000, si fue convocado, y es más, comenzó como titular en el torneo. Sin embargo, su bajo rendimiento en los dos primeros partidos le relegó finalmente al banquillo. La selección francesa salió campeona finalmente, pero Anelka no se sentía orgulloso de tal título. Es más, llegó a declarar que si pudiese “eliminaría ese título de mi palmarés, porque lo gané, pero no gracias a mi rendimiento”.

Patrice Evra, capitán de la selección, habla con todos los jugadores y el cuerpo técnico sobre los hechos acontecidos

Para poner el broche, llegó el mundial de 2010 donde todo estalló por los aires. Los bleus se clasificaron de rebote con un gol de Gallas tras una clamorosa mano de Thierry Henry. El delantero del FC Barcelona fue duramente criticado por la prensa nacional, quien se avergonzaba de esta forma de conseguir la clasificación. Raymond Domenech, seleccionador de ese combinado, eligió a Anelka como su 9 referencia. Después del primer empate a 0 frente a Uruguay, las sensaciones no eran buenas, el equipo no jugaba como un bloque y se resentía mucho en defensa. En el partido frente a México, de nuevo el marcador reflejaba un 0-0, y en los vestuarios se produjo una fuerte discusión.

En dicha discusión se dijo que Anelka se había referido de forma grosera a la madre del entrenador. El ariete fue expulsado de la concentración, y sus compañeros se declararon en rebeldía negándose a entrenar. La selección cayó finalmente eliminada en fase de grupo y los jugadores fueron catalogados como “jóvenes poco profesionales con actitud de pandilleros”. Anelka no volvió a vestir la camiseta nacional y fue duramente criticado por todo el país. Finalmente, Domenech, a pesar de que había dicho en un principio que si reconoció que nunca se pronunciaron esas palabras. Sin embargo ya habían pasado 8 años, todo el mundo ya había juzgado a Anelka y el jugador se encontraba retirado.

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