En 2013, el Wigan Athletic se alzó con la FA Cup, siendo una de las mayores sorpresas de la década, dejando un recuerdo inolvidable
Hay ocasiones en las que la ilusión puede con todo, algo que seguro los aficionados del Wigan tienen muy marcado. El pequeño club inglés se hizo con su primer título oficial en 2013, tras ganar una de las FA Cup más sorprendentes de los últimos años.
Los “Latics” arrancaron esta FA Cup desde los 1/32, ya que en esa temporada jugaban en la Premier League. Al igual que muchas otras copas nacionales, los equipos que juegan en la liga profesional tienen su cupo asegurado, y deben esperar a que los demás equipos se vayan clasificando. El primer duelo del certamen sería frente al Bournemouth, que por aquel entonces jugaba en la Championship.
El Wigan se vio sorprendido por el Bournemouth, que se de adelantó en el minuto 41. Sin embargo, el equipo entrenado por Roberto Martínez supo revertir la situación, y con el tanto de Jordi Gómez se puso el 1-1 final. Tras este empate, el encuentro se llevó a la repetición, pues en la FA Cup cuando un partido queda en empate, no se juega una prórroga y no es a doble partido. La repetición es otro partido distinto, sin el global del anterior encuentro. Aunque, de quedar nuevamente en empate en la repetición, ahí sí que se jugaría una prórroga y penaltis si fuera necesario. Tras esta explicación, el Wigan ganó la repetición, con ayuda otra vez de Jordi Gómez, y clasificó para la siguiente ronda.
El Macclesfield Town fue el siguiente rival, el cual realizó hasta el momento una gran FA Cup, siendo uno de los equipos sorpresa. Pero esta es la historia del Wigan y los “Latics” ganaron, aunque de una forma muy holgada. El Huddersfield sería el siguiente contratiempo en los octavos.
El partido fue un auténtico recital de los hombres de Roberto Martínez, que ganaron por 1-4 el duelo. Los goles de Mcmanaman (31′), Koné (40′) y Mcarthur (56′) dejaron el partido totalmente encarrilado. El gol de Novak (62′) fue, simplemente el tanto del honor para el Huddersfield, que encajó otro tanto en el minuto 89, obra de Koné.
A partir de los cuartos de final fue cuando las cosas se le pusieron más difíciles al Wigan. El Everton esperaba a los “Latics” para lograr un cupo a las semifinales. Goodison Park no intimidó a los de Roberto Martínez, quienes lograron un gran triunfo por 0-3, anotando los tres goles en apenas tres minutos. Primero Figueroa en el 30, luego Mcmanaman en el 31 y, por último, Jordi Gómez en el 33.
La locura se trasladó a las gradas, el sueño se iba haciendo realidad. Las semifinales de esta edición de la FA Cup son, probablemente, las más sorprendentes de los últimos años. Millwall o Wigan serían finalistas de la FA Cup, ninguno de los dos equipos quería perderse esta gran oportunidad.
El choque fue interesante y disputado, pero el Wigan sacó su alma de guerreros. En el 25 se puso por delante y, cuando el Millwall buscó el empate, aprovechó para colocar el 0-2 con el tanto de Mcmanaman. Los aficionados no se lo podían creer, lo que parecía un sueño se había hecho realidad. El Wigan y sus aficionados podían celebrar con orgullo que estaban en la final de la FA Cup.
Las finales siempre son exigentes, y esta no sería la excepción, ya que al Wigan le tocaba jugar contra todo un Manchester City. Los citizens eran claros favoritos, pero Roberto Martínez dirigió muy bien el encuentro. El Manchester City estaba contra las cuerdas y en el 90, de la forma más épica, Watson anotó de cabeza el gol de la victoria. Desde Wembley, los aficionados del Wigan celebraron el que, a día de hoy, es su único título. Demostrando que nada es imposible cuando se habla de fútbol. Un equipo pequeño como el Wigan plantó cara y de forma muy sorprendente se llevó la copa para casa.
No obstante, lo más curioso de esta historia fue la situación del Wigan. Me explico, pese a que el Wigan hizo un gran papel en la copa, la Premier League fue todo lo contrario. Cuatro días después de ganar la FA Cup, los “Latics” perdieron contra el Arsenal, certificando su descenso matemático a la Championship.
Esta situación nunca se había vivido en la FA Cup, ya que eso significaría que el Wigan Athletic jugaría la Europa League, pese a estar en segunda división. Además de la Community Shield, que la perdió contra el Manchester United. En cuanto a la Europa League, el Wigan pasó sin pena ni gloria, ya que sólo lograron ganar un partido, siendo éste su única victoria a nivel continental. El grupo lo conformaron el Rubín Kazán, Maribor, Zulte-Waregem y el propio Wigan. A día de hoy, el club no vive su mejor etapa y podría llegar a desaparecer. Los aficionados no quieren ver como su club poco a poco se va muriendo y piden ayuda para salvar a su equipo.
Los que dicen que la magia no existe, deberían ver la FA Cup que realizó el Wigan. Espectáculo en cada partido, encajando tan sólo dos goles en todo el certamen. Desde luego, a nadie en Inglaterra se le olvidará este suceso que, junto a la Premier League que ganó el Leicester City, es una de las mayores sorpresas de la década.
El Wigan Athletic es otro de los muchos ejemplos que nos demuestran que nada es imposible. Un equipo que impresionó, ilusionó y ganó una FA Cup inolvidable, la cual se quedará grabada en los libros de historia del fútbol británico.
