La masacre atlética frente al Granada dejó nombres propios como el de Luis Suárez o João Félix, aunque muchos pasan por alto a Llorente
Mismamente que el charrúa, ingresó al terreno de juego a 20 minutos del final. Entró por un João estelar y el primer balón que recibió, lo introdujo al fondo de las mallas a pase del debutante Luis Suárez. Jugada de manual para poner el cuarto y que el equipo acabase de carburar. La fiesta no había terminado, ya que un cuarto de hora después le devolvió el favor a Lucho. Marcos colocó un centro a medida para que el uruguayo, con la categoría que le caracteriza sentenciase a Rui Silva.
Además de concluir el encuentro con gol y asistencia, también se mostró activo en la circulación del balón y desbordó por la banda derecha como un auténtico puñal. La dupla João-Costa dejó sensaciones extraordinarias, aunque Suárez y Llorente no se quedaron atrás, ni mucho menos.
El Atlético de Madrid ha pasado de sudar sangre en ataque -promediando tan solo un tanto por encuentro- a endosarle seis a un Granada que iba líder. Dicho acontecimiento da a entender que la competitividad en la parcela ofensiva ha acrecentado y por ello, lograr un hueco en el sistema es una tarea ardua. A priori, se desconocen las preferencias del Cholo para un hipotético once inicial, pero la nueva regla de los cinco cambios dará oportunidades a todos de demostrar su valía.
De vikingo a ídolo rojiblanco
Llorente en veinte minutos ha cautivado el corazón de lo aficionados indios una vez más. La pasada campaña, se sumergió en un inmenso mar de críticas debido a su pasado madridista y sus pobres actuaciones. La elástica con el mítico dorsal ‘14’ le añadía un plus de presión al ambiente, no obstante, a base de trabajo en el césped supo responder. La inolvidable noche de Anfield, el tramo final de Liga y su compromiso con la entidad, fueron factores cruciales para reconducir la situación.
La reconversión de su posición también ha jugado un papel importante para seguir progresando como futbolista. Llorente se caracterizaba por desenvolverse en la zona del centro del campo, ya sea en un doble pivote o siendo el único centrocampista defensivo.
Una vez más, Simeone se sacó una solución de la chistera y nos dejó a todos perplejos. Su despliegue físico y pegada demostrada en Anfield, acabó por decantar al técnico argentino a hacer un intercambio de posición. De desarrollarse como pivote o banda en 4-4-2, ha sido trasladado al frente ofensivo como un segundo delantero.
Gracias a ello, terminó el pasado curso de manera excelente. Acabó cuajando y consolidándose en la delantera debido a la lesión de João Félix, pero el retorno del menino le restó minutos. Llorente ha arrancado esta temporada como acabó la anterior y puede ser muy beneficioso para el combinado rojiblanco.